Es claro que con el ejercicio de sus derechos, los niños pueden mejorar sus oportunidades y alcanzar un pleno desarrollo; nuestro país ha colaborado y firmado convenios internacionales que se han traducido en diversos instrumentos jurídicos que se deben considerar al momento de estudiar y dar seguimiento a la situación de los niños. De esta forma, se identifican las necesidades que por derecho tienen los niños y legitima el reclamo social y las acciones del Estado por hacerlas cumplir. Las proyecciones de población 2010 -2050 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), indican que a mitad del año 2014, en el país residían 40.2 millones de niños de 0 a 17 años de edad, en términos relativos representan 33.6% de la población total estimada para 2014. Cabe señalar que el monto de niños ha aumentado ligeramente en las últimas décadas aunque su participación porcentual ha disminuido: en 1990 el número de niños ascendía a 31.1 millones y su proporción respecto del total era del 38.3 por ciento. Lo anterior se explica por las transformaciones sociales y económicas que durante el siglo pasado dieron origen a una mayor sobrevivencia y una reducción paulatina de la fecundidad; aspectos que provocaron un proceso de envejecimiento que se manifiesta en un aumento relativo de la población de mayor edad y en una menor participación porcentual de niños.
Estructura por edad y sexo
Fuente: CONAPO. Proyecciones de población 2010-2050. Población 2014 a mitad del año.
El concepto de niñez implica el transcurso por varias etapas de vida en las que se identifican necesidades básicas, requeridas para un desarrollo pleno. En los primeros años de vida resulta crucial la sobrevivencia del niño, por lo que cumplir los cinco años de edad es un logro importante, sobre todo, para aquellos que enfrentan un contexto de pobreza, desnutrición y un medio ambiente poco adecuado para su salud; después de esta edad, asistir a la escuela y recibir una educación de calidad resulta esencial para desarrollar sus potencialidades y ampliar las oportunidades que permitan mejorar su calidad de vida. Datos censales de 2010 señalan que el número de niños menores de 5 años, ascienden a 10.5 millones, en tanto que 22 millones se encuentran en edad escolar (5 a 14 años); en términos porcentuales cada conjunto representa 32.4% y 67.6% de la población menor de 15 años, respectivamente.
DERECHO A LA VIDA Y A UN DESARROLLO SALUDABLE DESDE LOS PRIMEROS AÑOS
El Artículo 6 de la Convención sobre los Derechos del Niño pone de manifiesto el derecho de todas las niñas y niños, a la vida como un derecho natural. En esta materia los avances logrados por nuestra sociedad son significativos y de conocimiento generalizado. Para dar cuenta de ello uno de los indicadores internacionalmente utilizado para medir el avance en esta materia es el de la mortalidad infantil, indicador que “evidencia el grado en que una sociedad tiene y ejerce el derecho humano más fundamental a la vida y a la salud” .
Según indicadores de la Secretaría de Salud, entre 1990 y 2013 la tasa de mortalidad en niños y niñas menores de 5 años en nuestro país pasó de 41.0 a 15.7 muertes por cada mil nacidos vivos. Adicionalmente, la tasa de mortalidad infantil (menores de un año) pasó de un nivel de 32.5 en 1990 a 13.0 muertes por cada mil nacidos vivos en 2013.
En el contexto internacional son muchos los factores que han incidido en el éxito relativo en la reducción de la mortalidad infantil. Por un lado, los avances que parecen haber jugado un rol importante son, en materia de salud, el acceso a vacunación masiva, el reforzamiento de la lactancia materna y los controles médicos regulares y, en el caso de la educación, la expansión de la educación preescolar . En estos logros también ha influido el avance en materia de infraestructura, saneamiento, acceso a agua potable y cobertura de servicios de salud.