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Río Doce.- Del espacio más importante de Mazatlán, el Ayuntamiento retiró 320 bancas y 280 maceteros hace cinco meses, sin que a la fecha se vea algún indicio de ser repuestos.

Los locales, acostumbrados a ver en su máximo esplendor las palmeras, hacen notoria la diferencia con las que fueron colocadas en el malecón, que sólo las distingue las dos lámparas que las iluminan por las noches y la opacidad de su follaje durante el día.

El alcalde Carlos Felton González fue blanco recurrente de las críticas que señalaban la mala decisión de haber colocado las palmeras, que al cabo de unos meses algunas de ellas empezaron a secarse y fueron sustituidas por unas nuevas.

Aunque la atención de la opinión pública se ha centrado en estas especies adultas que fueron traídas de la Isla de la Piedra, no deja de ser notoria la falta de avance de esta obra que prometió recuperar este espacio público.

El 28 de octubre del 2014 en el evento que encabezó  Felton González  denominado “Recuperación de Nuestro Malecón”, Roberto Díaz García, director de la Unidad Municipal de Inversiones, dijo que el mobiliario requerido era de fabricación industrial y se iría colocando una vez que la Secretaría de Turismo lo contrate.

Sin embargo, la Secretaría de Turismo informó, a través de una solicitud de acceso a la información, que hasta febrero pasado, este proyecto no había sido autorizado.

Informó que el apoyo para el equipamiento se ejerce bajo los términos y reglas de operación del Programa de Desarrollo Regional Turístico Sustentable (PROEDERETUS) el cual se deriva a través del Convenio entre el gobierno del estado y el federal, mismo que para su ejercicio 2015 está en proceso de aprobación.

“Debido a que el proyecto aún no ha sido autorizado, no se ha hecho ningún proceso de licitación, por lo tanto no se encuentra con la información del número de cestos para la basura y bancas”, indica la SECTUR en su respuesta.

Díaz García dijo en aquel discurso que el Presidente Municipal gestionó con el Secretario de Turismo del estado el mobiliario, “como son bancas, depósitos de basura y otros equipamientos”, sean con participación económica de esa Secretaría, lo cual representa también un ahorro de alrededor de 3 millones y medio de pesos.

Mencionó que la dirección de Obras Públicas, la de Servicios Públicos, Planeación de Desarrollo Urbano Sustentable, Oficialía Mayor, Tesorería Municipal y la Unidad de Inversiones del Municipio llevarían a cabo esta obra.

“Contando con la asistencia profesional externa, que se dedicará de tiempo completo a la coordinación de esta obra en los próximos 60 días”, dijo entonces.

A cinco meses de distancia, ni las losas pilotes han sido tocados, tampoco el riego por goteo funciona, toda vez que es común ver en el transcurso del día, cómo las pipas de agua obstruyen el libre tráfico vehicular.

El cableado sí cumple con su función de conducir energía eléctrica a las lámparas, aunque los cinco transformadores que requiere el proyecto no han sido colocados, y en su lugar el propio municipio validó y accionó el uso de un puente, conocido comúnmente como “diablito”.

En aquel discurso de octubre, Felton González dijo que no era momento de que le temblaran las corvas al tomar la decisión de modificar la imagen del malecón.

La decisión no le alcanzó al municipio para planear antes de modificarlo, toda vez que al día de hoy, los visitantes que pasean por el malecón no cuentan con un espacio para descansar, salvo alrededor de 30 bancas que hay en las paradas de autobuses.

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“Construyendo Futuro”, eslogan de la actual administración queda como una invención más del discurso político.

Y es que en su discurso, Díaz García dijo en aquel evento que iniciaban los trabajos de albañilería que habían sido asignados de acuerdo a la Ley de Adquisiciones de Obras Públicas mediante la presentación de tres cotizaciones, y que una semana antes se llevó a cabo el procedimiento para contratos de invitación restringida,  y que estaban calendarizados para que se fueran terminando los primeros y realizando los segundos.

Las losas que tienen ruptura y un desnivel con respecto a otras y que son un peligro para los paseantes, corredores y para quienes transitan en patines, tendrán que demolerse, ya que no tienen soporte bajo ellas y habrán de restituirse de la manera más rápida posible y cuyos contratos se llevarán a cabo igual que los anteriores, expuso en su discurso el funcionario, pero a la fecha sigue igual.

El devastado, pulido y sello de los 21 mil metros cuadrados del andador del malecón, con longitud de 4 kilómetros 100 metros, se hará en dos tramos, pero ninguno ha empezado; de hecho en diciembre del 2014 personal de Obras Públicas reveló que aún no se contaba con un proyecto definido y se estaba a la espera de que la Unidad de Inversión Municipal decidiera cual sería la mejor opción.

Dicho retraso causaría una diferencia del costo inicialmente proyectado pues se hizo con base al modelo de restauración de banquetas similar al de la Zona Dorada, pero no fue del agrado de dicha dirección y estaba por definirlo, mientras, la losa del malecón luce deteriorada, desnivelada y sin bancas para que los turistas, los de a pie, cuenten con un lugar donde descansar.