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masones de aguascalienntes

Discurso del maestro Marco Gracía Robles

“Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar… La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”

Lic. Benito Pablo Juárez García

Distinguidas autoridades civiles y militares que nos honran con su presencia,

Queridos Hermanos de las logias masónicas, particularmente de la Centenaria Logia Simbólica “Benito Juárez 25” No. 1, el taller masónico con mayor antigüedad en Aguascalientes.

Miembros de las diferentes asociaciones religiosas representadas en el Estado,

Distinguidos director y profesores de esta institución educativa,

Estimados preparatorianos, ciudadanos que nos acompañan.

Quiero dedicar estas palabras, a uno de los maestros de los que recibí la luz del conocimiento, profesor de gran valía que dejó su huella en esta institución en la que nos encontramos y columna que se levantó hacia la eternidad sobre los cimientos de su taller, la Respetable Logia Simbólica “Tolerancia” No. 2. Me refiero al maestro Jesús Quintero Becerra, “El Capi”, como sus hermanos aquí presentes lo conocieron.

¡A tu Gloria, Querido Hermano, y a la del Gran Arquitecto del Universo!

Me embarga una gran emoción por estar presente esta mañana en la preparatoria que por medio siglo ha formado a hombres y mujeres de bien, escuela de la que egresé hace 22 años, donde forjé perdurables amistades y obtuve la educación que me brindó los fundamentos sólidos para proseguir con mi instrucción y para la vida misma.

Estoy honrado, porque éste no es un simple acto cívico protocolario, sino la representación de lo que somos como nación y mejor aún, lo que podemos llegar a ser. Permítanme explicarles, sobre todo a ustedes, los jóvenes, que son el presente y futuro de México, aunque la frase suene desgastada pero que reviste una gran verdad.

Aquí en esta explanada, se encuentran servidores públicos de los tres órdenes y los tres poderes del Estado; alumnos, maestros y otros invitados somos una muestra de la ciudadanía. Somos el pueblo y el gobierno representados en un puñado de personas, con los derechos y obligaciones que en gran medida poseemos por hombres como Benito Pablo Juárez García.

Después de las magníficas interpretaciones del himno a nuestro Benemérito de las Américas y de la magistral poesía coral, no es necesario que haga mención de todo el legado de este mexicano proclamado como “Benemérito de las Américas”.

No tengo que recordarles que este indígena zapoteco llegó a presidente de la República y decretó varias de las leyes que ahora conocemos como de “Reforma”, en aras de brindar más libertad a la gente, como aquella que permite creer en lo que se prefiera sin ser juzgado por ello; también, por aquella libertad por la cual luchó al enfrentar a las potencias intervencionistas y a los mexicanos traidores que pensaron que necesitábamos a un emperador extranjero.

Juárez nos dejó una gran enseñanza; que no importa el origen, por más humilde que este sea, siempre se podrá salir adelante, con empeño, constancia y educación.

El niño que no sabía español hasta después de los doce años, que llegó a dominar el inglés y el francés; fue maestro, abogado, juez, regidor, diputado, maestro, gobernador y por supuesto, el primer jefe del país.

Todos atravesamos pruebas difíciles en nuestra vida, es posible que de pronto nuestros problemas nos lleven a que perdamos la esperanza y nos invada la tristeza. Pero si hacemos uso de nuestra inteligencia, de los consejos de los maestros, de nuestra intuición y sensibilidad, seguramente encontraremos soluciones o podremos distinguir lo verdaderamente importante de lo intrascendente, superficial o banal.

Benito Juárez padeció la cárcel, el exilio, la pobreza, la muerte de varios hijos y de su amada esposa; pero nunca dejó de tener fe en sus ideales, por amor a su patria.

Jóvenes, no se desalienten. Un día de vida es siempre una oportunidad más para ganar, de progresar, o al menos, de que nos vaya mejor que la jornada anterior.

Vivimos en un Estado que nos otorga todas las libertades que no signifiquen el daño a otras personas. Ante nosotros tenemos el derecho a recibir educación, de pensar como mejor nos plazca y de profesar la religión que queramos, o ninguna; de tener credos diferentes y filiaciones políticas distintas.

Tenemos acceso a distintos apoyos, con base en nuestra necesidad o nuestro esfuerzo; contamos con becas para quien estudia y demuestra resultados; hay trabajo para quien se prepara y lo sabe buscar; y afortunadamente, gozamos de la seguridad que muchas entidades envidian, entre otros indicadores que nos colocan en una posición privilegiada.

Tal vez muchos de nosotros no tengamos el punto de contraste o comparación para notarlo, pero esto tampoco es una invitación a que seamos conformistas; pues mejorar nuestras condiciones de vida es una aspiración legítima, así como los bienes materiales obtenidos lícitamente.

Sin embargo, la mayor riqueza de este mundo es la amistad, como la hermandad de liberales que llevó al pastor de Guelatao a convertirse en líder de hombres; fraternidad en la que incluyó al aguascalentense como nuestro hermano Jesús Terán Peredo, diplomático que dejó su vida en Europa no sin antes lograr que las fuerzas extranjeras abandonaran nuestra madre tierra, encomienda en la que también perdió la existencia material nuestro hermano José María Chávez, ex gobernador de estas latitudes.

Mientras nosotros caminamos en una senda que conduce a la igualdad en su máxima expresión; en pleno siglo XXI, hay lugares del mundo donde las mujeres no pueden tomar decisiones por sí mismas, vestirse de cierta manera o incluso votar; hay continentes en los que ser gay o lesbiana es delito y puede significar la pena de muerte.

Hay regímenes que te pueden meter a la cárcel por escuchar rock, ver una película norteamericana, consultar el Facebook o simplemente, pensar distinto.

Chavos, chavas, valoremos la libertad que tenemos y que en parte debemos a este personaje que es más que el nombre de una escuela o el dato biográfico que debemos memorizar para aprobar la materia de Historia.

Dijo Benito Juárez una frase famosa que algunos sabemos desde niños: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, que podemos entender como “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”; “vive y deja vivir” o “mi libertad termina donde empieza la de los demás”.

Entonces, la pregunta es: ¿qué quieres hacer con tu libertad?

A los masones, esos señores de negro que nos acompañan en este acto, entre los que hay estudiantes, profesionistas, empresarios, especialistas en un oficio y artistas, nos gusta mucho esta fecha, no sólo por la efeméride juarista que enaltece a un hermano, sino porque como amantes del conocimiento, nos recuerda el inicio del hermoso ciclo astronómico de cambio, de renovación, de renacimiento; pues a pesar de que no nos quiere abandonar el frío, éste terminará cediendo ante el sol victorioso que tendrá su apogeo en el solsticio de verano.

Que este equinoccio sea un símbolo de lo que todos y todas ustedes pueden llegar a ser. Espero que la primavera germine en su mente y sus corazones, el deseo y la energía para ser los arquitectos de su propio destino, que nos despojemos de las ataduras y los vicios que nos esclavizan, para cada día, ser una mejor versión de nosotros mismos.

Somos la cantera para construir una mejor sociedad. Aportemos cada uno de nosotros una piedra para levantar un fuerte y hermoso templo, dedicado a la sabiduría y el amor a nuestros semejantes.

Como el licenciado Benito Juárez García, trabajemos en bien general de esta institución; de Aguascalientes, de México y de toda la humanidad.

¡Es cuanto!