El hallazgo de cuatro cadáveres en las últimas horas ha elevado a 35 el número de muertos en el accidente de avión del pasado miércoles en Taiwán. Los equipos de rescate tienen serios problemas para localizar a los ocho desaparecidos, según ha informado este viernes la Administración de Aviación Civil. Imágenes 1 Foto El mal tiempo y las fuertes corrientes en el río Jilong están dificultando las operaciones de rescate debido a la casi nula visibilidad en las aguas y a la posibilidad de que los desaparecidos hayan sido arrastrados muchos kilómetros.
Una grabación de la conversación entre el piloto del siniestrado vuelo GE235 y la torre de control del aeropuerto Zhongshan de Taipei apunta a que uno de los motores se incendió al poco de despegar. En ella, difundida en Internet y cuya autenticidad ha confirmado ¡la Administración de Aviación Civil, el piloto dice “!Socorro, socorro, motor en llamas!”, tras lo cual se perdió el contacto con el avión. Según testigos, el piloto intentó remontar el vuelo antes del choque del aparato con el puenteLa aerolínea taiwanesa TransAsia había desvelado que uno de los motores del avión, que recibió el 14 de abril de 2014 y que fue revisado el 26 de enero de este año, fue cambiado en Macao, cuando venía de camino a Taiwán, por la empresa canadiense Pratt & Whitney.
Tan sólo hay tres supervivientes entre los 31 pasajeros chinos del vuelo, mientras que se han salvado 12 de los 27 taiwaneses, incluida una azafata. El piloto Liao Chien-tsung, el copiloto Liu Tzu-chung y el ingeniero de vuelo Hung Ping-chung fallecieron. Ocho de los supervivientes resultaron heridos. Numerosos ciudadanos chinos están cancelando sus viajes a Taiwán tras el accidente, lo que se teme cause fuertes pérdidas en el sector turístico isleño.
En 2014 llegaron a la isla 5,2 millones de visitantes procedentes de China, Hong Kong y Macao, más de la mitad de los 9,9 millones de turistas que recibieron. El aparato —con 58 personas a bordo, entre ellas cinco tripulantes y dos menores— se precipitó al río el miércoles tras perder altura por causas desconocidas y golpear un viaducto, pocos minutos después de despegar con dirección a la isla de Kinmen, a escasos kilómetros de la costa china.
El conductor del taxi y una pasajera resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital cercano, donde se encuentran fuera de peligro. “Me desmayé cuando nos golpeó”, declaró el taxista. Según testigos, el piloto intentó remontar el vuelo antes del choque del aparato con el puente y su caída a las aguas del río, a tan sólo cinco kilómetros de la pista de despegue.
Los dos motores del avión fallaron Los motores del avión de TransAsia no produjeron la potencia suficiente para impulsar los propulsores dos minutos después del despegue, han informado las autoridades este viernes, que han precisado que la tripulación trató de apagar y reiniciar uno de ellos. Los datos de la caja negra y la grabación de voz del aparato bimotor muestran que a los problemas con el motor derecho les siguieron problemas con el izquierdo y que el avión alertó en cinco ocasiones de parada antes de estrellarse en el centro de Taipei, han informado responsables del Consejo de Seguridad de Aviación. El motor derecho entró primero en un estado llamado de “auto-feather”, en el cual reduce la potencia al propulsor, ha explicado el director gerente del Consejo, Thomas Wang. La tripulación a continuación redujo la aceleración del motor izquierdo y entonces intentó reiniciarlo, pero no ganó la suficiente potencia. “El primer motor experimentó un problema 37 segundos después del despegue a 1.200 pies”, ha indicado Wang. Según ha dicho, el piloto anunció que estaba en llamas, algo que puede suceder cuando el suministro de combustible a un motor es interrumpido o cuando hay un fallo en la combustión, pero no se produjo. “La tripulación del vuelo incrementó el acelerador del motor 2 (…) el motor todavía estaba funcionando, pero ningún motor generó potencia”, ha proseguido. Según Wang, el aparato podía volar con un motor. El avión contaba con dos motores Pratt & Whitney (PW127M. Pratt & Whitney forma parte de United Technologies). Expertos taiwaneses apuntaron que, en una situación de fallo mecánico como esta, el piloto no podía hacer mucho, por lo que pidieron un mayor control de las revisiones y más medidas de seguridad. “Con dos motores dañados no es de extrañar que el avión perdiese altura desde 381 metros a las 10.53 horas, un minuto después del despegue, hasta 90 metros un minuto más tarde”, señaló el experto aeronáutico taiwanés Eddie Yu. El piloto, un heroe para los taiwaneses Varios analistas del sector han alabado también la actuación del piloto, Liao Chien-tsung, que murió en el accidente y fue encontrado aferrado aún a los mandos. El análisis del vuelo muestra que Liao evitó estrellarse en una zona muy poblada y se ofrecen como prueba los dos fuertes virajes de la aeronave, nada más despegar, para evitar la zona más poblada, y poco antes de precipitarse en el río Jilong, para aterrizar en su lecho. “La trayectoria del vuelo muestra que el piloto se desvió y trató de evitar los obstáculos, hizo un esfuerzo consciente para evitar víctimas innecesarias y por aterrizar en el río, y esto muestra gran valentía”, ha dicho en medios locales un experto de Hong Kong, Daniel Tsang. El exdirector de la Administración de Aviación Civil de Taiwán, Billy Chang, también subrayó que los datos muestran que los pilotos trataron de minimizar los daños y víctimas, al volar sobre una zona muy densamente poblada.
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