Todo le quitan a los mexicanos los políticos inconscientes de una realidad cruda y cruel: un país, sin oportunidades ni alimentos, sin empleos ni libertad, pero lleno de impuestos donde hasta el pan les quitan de la boca para sus frivolidades, pero no les quitan el humor, ese con el que el pueblo exhibe a sus opresores como lo que son: unos gandallas y vividores…