Río Doce/Miguel Ángel Vega
Rafael Caro Quintero se convirtió desde el jueves pasado en “el narcotraficante más buscado en el mundo”, y de acuerdo al gobierno de Estados Unidos, esta cacería no cesará hasta que enfrente la justicia estadounidense, y pague por el crimen de Enrique Kike Camarena.
Espectaculares y posters en calles, avenidas y autopistas en ciudades como El Paso Texas, Phoenix Arizona, San Isidro y San Diego California, son sólo una muestra del interés que dice tener Estados Unidos para arrestar a Caro Quintero, liberado de una prisión de máxima seguridad en México en agosto del año pasado.
“La cacería es real, y no sólo se está desarrollando en México y Estados Unidos, sino a nivel mundial y se está cooperando, no sólo con el gobierno de México, sino con otros gobiernos en el mundo”, dijo Vijay Rathi, vocero de la DEA en el área de Los Ángeles.
La noticia de búsqueda, la cual habría emprendido la DEA en coordinación con la Interpol, el FBI, la CIA y ICE, tomó relevancia la semana pasada, cuando la DEA hizo un recordatorio de que eran 5 millones de dólares la recompensa que ofrece el gobierno de Estados Unidos por atrapar a quien consideran el narcotraficante más buscado, desde Joaquín el Chapo Guzmán y los hermanos Arellano Félix.
“Lo vamos a atrapar, y para ello hay una búsqueda por aeropuertos, puertos marítimos, autoridades locales, informantes, todo lo necesario para que sea arrestado”, dijo Rathi.
Además, el gobierno de Estados Unidos empapeló las calles de San Diego y otras ciudades fronterizas, pidiendo a la población ayuda para que, quien sepa algo del narcotraficante, lo reporte.
Diana Washington Valdez, periodista del El Paso Times confirmó que, efectivamente, se han instalado espectaculares en esa ciudad fronteriza, y que aparentemente la DEA está determinada a atrapar a Caro Quintero.
“He visto espectaculares por la carretera, y es algo que no es común”, confirmó la periodista a Ríodoce.
Amy Roderick, de la DEA en San Diego, aclaró que los espectaculares están instalados en todos los puertos de entrada de México a Estados Unidos, y que la intención es dar a conocer la imagen de Caro Quintero para que la gente lo ubique de ambos lados de la frontera, y que permanecerán ahí de manera permanente.
“Nunca vamos a dejar de buscarlo”, dijo Rathi, aunque no precisó si Caro Quintero estaba en Estados Unidos o en México.
Jesús Murillo Karam, procurador General de la Républica (PGR), dijo en diciembre pasado que en México se desconocía dónde podía estar el capo, pero que era indiscutible que se le estaba buscando.
“Si supiera donde está, ya hubiera ordenado su arresto”, dijo el procurador entonces.
Un elemento de la PGR que habló en condición de que no se revelara su nombre, explicó que la búsqueda de las autoridades mexicanas era real, incluso, existía un grupo especial que estaba buscando a Caro Quintero, y que trabajaban en coordinación con elementos estadounidenses y con informantes que trabajaban en el mundo del narcotráfico.
Personas allegadas a la familia de Caro Quintero dijeron que desconocían donde estaba el capo, y que sólo se sabía que vivía con una cubana, con quien mantenía una relación de amasiato.
“De ahí en fuera, no se sabe nada de él”, dijeron personas que en un momento estuvieron allegadas al capo.
En una carta emitida en diciembre pasado al Procurador mexicano y al presidente Enrique Peña Nieto, Caro Quintero solicitó a las autoridades no dejarse llevar por las presiones de Estados Unidos para su extradición, y que él sentía que “ya había purgado su pena ante la sociedad por los delitos de que se le acusaba”.
Caro Quintero fue liberado de una prisión de mediana seguridad ubicada en Puente Grande, Jalisco, en agosto del 2013, luego de que un tribunal local determinó que debería haber sido juzgado a nivel estatal y no bajo cargos federales.
El fallo fue revocado por la Corte Suprema de México tras su desaparición. Caro Quintero también fue procesado por el secuestro y homicidio de Camarena por un gran jurado federal de Los Ángeles en 1991.
Tras enterarse de su liberación, Estados Unidos manifestó públicamente “estar decepcionado por la liberación del capo”, y desde entonces, se le ha buscado, sobre todo porque se cree que el capo operaba desde la prisión, a través de su familia, y gracias a los nexos que mantenía con capos como Juan José Moreno Esparragoza el Azul, quien recientemente murió en Guadalajara de un infarto.
“Caro Quintero lavaba los ingresos que obtenía a través de su familia, pero mantenía vínculos muy estrechos con otros narcotraficantes, principalmente con la red de Esparragoza Moreno, dijo John Sullivan, vocero del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Sin embargo, tras el rumor de la muerte del Azul, el caso Caro Quintero se apagó, hasta el jueves de la semana pasada, que se vieron posters y espectaculares en varias ciudades fronterizas.
Otros narcotraficantes han sido “buscados” con la técnica de los norteamericanos de pegar carteles como en el viejo oeste, aunque hasta ahora esto no les haya dado resultados.
En noviembre de 2003, en Arizona, se hizo lo mismo con Ismael Zambada García, el Mayo, de quien se colocaron espectaculares en las carreteras ofreciendo recompensa por información que permitiera atraparlo.
Pero años después, luego de la extradición de Vicente Zambada Niebla, se supo que ese año la DEA había establecido acuerdos con el Mayo y otros líderes para dejarlos traficar drogas a los Estados Unidos a cambio de información sobre otros cárteles.