¿Tenemos el Gobierno que merecemos? Cuestiona el Partido del trabajo en Aguascalientes.
Invocar la afirmación de Joseph de Mistre, de que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece, genera desde luego varias incomodidades, refirió Jesús Medina Olivares integrante de la directiva del Partido del Trabajo en Aguascalientes.
Este asunto es mucho más complejo que condenar a la sociedad como causante de sus propias desgracias o de aceptar el papel de víctimas y culpar a otros de nuestro destino, explicó.
“Tenemos una fuerte presencia de elementos perniciosos que afectan al país, como; la corrupción, la impunidad, la discrecionalidad y los abusos de poder que no solo permean en el ámbito público, sino también en la sociedad misma y forma parte de nuestra cultura, que es precisamente lo que da cobijo”.
“Como explicarse que más de la mitad de nuestra población es pobre, que uno de cada cuatro mexicanos está en la pobreza extrema, que el país está invadido de corrupción, que la desigualdad es una de las más grandes del mundo y sin embargo, el 80 por ciento de su gente dice estar muy orgulloso de su país”, lamentó.
En consecuencia, refirió, los males que como país tenemos, no se pueden atribuir únicamente a una clase política, compuesta en su gran mayoría, por cínicos y sinvergüenzas, sino también a la apatía o condescendencia de la sociedad.
Proporcionando ejemplos que dijo abundan; Hilario Ramírez, expresidente municipal panista de San Blas, Nayarit admitió que durante su gobierno robó dinero del erario, pero nomás “poquito, una rasuradita”. Sin embargo, nuevamente contiende y gana como independiente.
Están los famosos moches a legisladores federales para que municipios y estados reciban mayores recursos de la federación. Los escándalos de corrupción de exgobernadores, los diezmos a servidores públicos por obtener contratos, entre una lista interminable.
Que es lo que sucede en una sociedad que permite y ve muy natural la ausencia de ética en la función pública que se traduce en corrupción e impunidad. Quizá sea el espejo de nuestro país que refleja una decadencia de valores éticos y morales, sugirió.
Y es que estamos tan acostumbrados a que los funcionarios y políticos mientan y roben que lo vemos de manera muy natural de tal forma que se anestesia nuestra capacidad de sorpresa e indignación, lamentó.
Nuestro problema indicó, es la corrupción y la impunidad están enraizando en nuestra cultura. La falta de penas legales o la condena social a los políticos y funcionarios que trasgreden las normas elementales de conducta pública. Lo que abona al desprestigio de las instituciones que golpea el corazón mismo del sistema y erosiona la moral civil.
La corrupción no solo es un problema moral y ético, sino un gran obstáculo para el desarrollo del país, se van a corregir, además de una educación cívica profunda y normas jurídicas, fundamentalmente con la acción social colectiva.
“Es inútil pensar que el cambio va a ocurrir por sí mismo, se requiere un salto decidido de la sociedad. Tiene que haber un sacudimiento para derrumbar las viejas estructuras sobre las que se ha construido nuestra moral pública y construir las nuevas y, para ello, necesitamos na sociedad civil fuerte, en contraposición a la clase política que sólo persigue sus fines personales y de grupo”, reclamó Medina.
Es necesario consideró el Petista aglutinar estas inquietudes y que se traduzcan en acciones concretas y organizadas para realinear a la sociedad en la dirección de un cambio verdaderamente legal y democrático.
Tenemos que asumir nuestra responsabilidad. Tenemos que atrevernos a dar forma organizada a la necesidad de que la corrupción deje de ser el aceite sobre la que funciona la maquinaria del gobierno y deje de ser pegamento que mantenga unidas las alianzas políticas.
No podemos seguir condenados a ser víctimas de esas prácticas nocivas que forman parte de nuestra herencia histórica y cultural y que se han anidado en nuestro inconsciente, fue el llamado.
“Si queremos un México próspero y justo, solo nos queda ser esclavos de las leyes”, finalizó.