WASHINGTON, 11 Jul. (Reuters/EP).- El gobierno de Barack Obama ha advertido este jueves a los legisladores de que los organismos de control de fronteras de Estados Unidos se están quedando sin dinero y de que los inmigrantes no tendrán ni siquiera camas si el Congreso no aprueba los 3.700 millones de dólares en fondos que reclama el Ejecutivo para hacer frente a esta afluencia masiva de ciudadanos centroamericanos.
Tan sólo unos días después de que la Casa Blanca solicitase estos fondos de emergencia para hacer frente a esta “crisis humanitaria” en la frontera sudoeste de Estados Unidos, el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, Jeh Johnson, ha insistido en pintar un “cuadro grave” sobre las consecuencias que provocaría el rechazo de la citada solicitud.
En concreto, las agencias de control de fronteras se quedarían sin fondos a mediados de agosto y mediados de septiembre si no llega este dinero en efectivo de emergencia. De hecho, se quedarían sin camas en las viviendas temporales si el número de niños no acompañados que cruzan la frontera continúa en agosto en la misma tasa registrada en mayo y junio.
El presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano John Boehner, ha expresado su apoyo a unos cambios a la ley de inmigración que permitiesen al Gobierno de Estados Unidos deportar a los niños de Guatemala, Honduras y El Salvador lo más rápido posible, como ocurre en el caso de los inmigrantes mexicanos.
OBAMA VISITA LA ZONA MÁS AFECTADA
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El pasado miércoles, después de reunirse con el gobernador de Texas, Rick Perry, Obama ha afirmado que considerará el despliegue de la Guardia Nacional a la frontera como han solicitado Perry y otros líderes republicanos. Asimismo, ha rechazado las críticas por no visitar la frontera durante su visita a la zona.
“Esto no es teatro. No estoy interesado en fotografías, estoy interesado en la solución de un problema”, ha dicho el mandatario estadounidense al respecto, que también ha reconocido que ha pedido a Perry que presione a los legisladores de Texas en el Congreso para que apoyen la solicitud de financiamiento que ha reclamado la Casa Blanca.
Más de 52.000 menores no acompañados de Guatemala, El Salvador y Honduras han sido detenidos intentando entrar ilegalmente a Estados Unidos desde México desde octubre, el doble que en el mismo periodo del año pasado. Miles más han sido detenidos con sus padres u otros adultos.
Obama ha calificado el encuentro con el gobernador de Texas como “constructivo” y ha insistido en que los líderes republicanos de la Cámara de Representantes deberían dejar de lado los trucos políticos “para poder trabajar juntos”.
PERRY LANZÓ LA “ALARMA ROJA” HACE DOS AÑOS
Antes del encuentro, Perry afirmó que el Gobierno no tiene ninguna excusa para estar sorprendido por la situación actual. En una carta a Obama hace más de dos años, el gobernador de Texas lanzó una “alarma roja” sobre una afluencia de menores no acompañados que cruzan la frontera sur, según informa el diario estadounidense ‘Washington Post’.
Según la misiva, en la que se citaban estadísticas federales, el número de menores de edad se había disparado un 90 por ciento. “Al no tomar medidas inmediatas para devolver a estos menores a sus países de origen y de prevenir y disuadir a otros de venir aquí, el Gobierno federal está perpetuando el problema”, denunció el republicano en 2012.