LA PAZ, 3 Jul. (EUROPA PRESS).- El ministro de Gobierno boliviano, Carlos Romero, ha considerado que las protestas iniciadas este jueves por policías de bajo rango en distintas ciudades del país son una “profunda indisciplina institucional” y ha asegurado que el Ejecutivo ha adoptado ya políticas para mejorar las condiciones de trabajo del cuerpo.
Varios miembros de la Policía han iniciado este jueves por la mañana protestas en La Paz y Cochabamba para pedir que se fusione el bono de seguridad ciudadana, situado en los 400 pesos bolivianos (42.53 euros), al salario básico.
Según informa la Agencia Boliviana de Información (ABI), Romero ha considerado que ésta es una “situación de profunda indisciplina institucional” debido a las actuaciones de los amotinados, que han “hecho declaraciones con advertencias ante los medios de comunicación”, cerrado las puertas de la unidad y han lanzado gas lacrimógeno a la calle.
Por otro lado, en una entrevista telefónica con Radio Panamericana, el ministro ha sentenciado que existe un desacato, “muy grave”, a su juicio, al mando institucional, a la autoridad de los Comandos Departamental y Nacional, en las unidades sublevadas en ambas ciudades, dando lugar a una situación “delicada” que pone en cuestión la credibilidad del cuerpo policial.
Además, ha tachado lo sucedido de “injusto” debido a que, según ha afirmado, sí que se están haciendo esfuerzos para mejorar las condiciones de la Policía. El ministro ha querido destacar que la partida económica destinada a atender los servicios personales del cuerpo ha ascendido a más de 7.500 millones de pesos bolivianos (algo más de 800 millones de euros) entre 2006 y 2013.
El ministro de Gobierno ha declarado que el Ejecutivo ha adoptado una política de incremento salarial por encima de la tasa de inflación para que el salario no pierda su capacidad adquisitiva y ha añadido que se ha aplicado la curva inversamente proporcional, que muestra un incremento del 15 por ciento en los salarios de cabos y policías, además de la doble dotación de víveres.
Finalmente, ha sentenciado que la población es “testigo” de las mejoras que se están llevando a cabo en las condiciones de trabajo del cuerpo. “Nada tiene que ver la policía de ahora con la que teníamos hace algunos años y asumimos que todavía hay diferencias, déficit y expectativas que atender y no se puede atender de la noche a la mañana y no podemos hacer bajo presión”, ha añadido.