El mexicano Martín Villarreal a los 9 años ya se drogaba.
ADN/REL.- Su padre lo descubrió y lo introdujo en la lucha libre para “hacerlo un hombre”… a partir de una paliza que le dieron luchadores profesionales.
El alcohol, la droga, el odio hacia su padre, que le rechazaba y maltrataba, le llevó a aceptar ser luchador con el mote “El Criminal” para vengarse de toda su familia y todo el mundo.
La familia que el formó, hasta tener seis hijos, también fue invadida por las consecuencias de sus actos de odio.
Quiso que su esposa abortara al tercer hijo, Hugo.
Después de vivir en el infierno y en la destrucción encontró a Cristo en un retiro en el que tuvo una experiencia mística que le cambió su vida y la de toda su familia, con quienes hoy evangeliza.