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De héroes y villanos

El telón de fondo es la posible libertad de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo, recluido en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, en donde ha ganado un amparo para que el juez federal que lo condenó le vuelva a dictar sentencia debido a que no acreditó los cargos por portación de arma de fuego.

Aquí en Culiacán la clica anda contenta porque el jefe puede salir dentro de poco, todo de depende de cuestiones políticas, dicen. Así como salió Rafael Caro Quintero, así como quieren salir libres Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Félix Gallardo. Los demonios tutelares del gobierno mexicano.
Desde la prisión militar de Mazatlán sale un eco, un grito, una delgada voz que sostiene: el general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy -ya en retiro- trabajaba para Joaquín “el Chapo” Guzmán.

La historia aquella, digna de una novela negra, todavía no concluye. Al Mochomo lo detuvieron una madrugada del 21 de enero de 2008 en un domicilio de la avenida Juan de la Barrera, en la colonia Burócrata, dos meses después de que por segunda vez fue cambiado del mando de la Novena Zona Militar el general Eddy.

Habían transcurrido esos dos meses de que el general Noé Sandoval Alcázar había asumido el mando en Culiacán cuando cayó Alfredo Beltrán Leyva. Algo que Eddy no había podido hacer: detener a un pez gordo.

Días después, cinco para ser exactos, varios militares fueron detenidos acusados de brindar información puntual de los movimientos de Eddy, quien aseguraba que el Chapo era su obsesión, su trofeo, el hampón al que había que detener como símbolo el triunfo de su vanidad.

Ahí estaba el mayor Francisco Pérez Chávez, a la sazón ministerio público militar. En otras palabras, el encargado de los aseguramientos que realizada Hidalgo Eddy y su jefe inmediato, el general Roberto Miranda, comandante de la Tercera Región Militar de Mazatlán.

“Yo realizaba aseguramientos y detenciones ordenados por el general de división Roberto Miranda Sánchez, comandante de la III Región Militar. El general (Rolando) Hidalgo Eddy había estado en Sinaloa en 2006, luego lo mandaron a Rusia y regresó al año con la promesa de detener al Chapo; sólo que no cumplió y puso de pretexto que hubo fuga de información. Como yo era su enemigo, me puso como chivo expiatorio”, cuenta Pérez Chávez.
Los militares detenidos tras la captura del Mochomo fueron acusados de filtrar información al cártel de Sinaloa que permitía tener con antelación los operativos que realizaban.
Pero el mayor encarcelado, y que se encuentra en una huelga de hambre revira, en una entrevista que concedió a Proceso:

“Trabajé con el general Miranda en Chihuahua y Coahuila y siempre atacó a todos los grupos delictivos. Los resultados están documentados. Yo indagué el general Hidalgo Eddy porque él fue quien me señaló para que me enviaran a prisión, y lo que pude investigar fue que él apoyaba al Chapo.­”

A Eddy siempre se le ha señalado que tuvo una guerra personal por capturar al Chapo Guzmán. Y eso fue documentado por varios intentos intimidatorios hacia su figura, desde cuerpos arrojados afuera de la Novena Zona Militar hasta cadáveres de perros descuartizados rubricados con aquel escabroso mensaje: “O copelas o cuello”.

¿Todo fue un teatro armado para hacer creer que el Chapo quería joder a Eddy, mientras éste sostenía su supuesta guerrita por detenerlo sin ser cierta?

El testimonio del mayor prisionero, al que no hay que ignorar, puede darle un giro a esa historia que quedó inconclusa y que no termina, pues la complicidad de los mandos militares con el cártel de Sinaloa siempre ha sido una duda que gravita en torno a la supuesta guerra que declaró el presidente Felipe Calderón.

Es revelador que ahora se cuenta esa otra versión, y que los militares detenidos por filtrar información a los narcos sea la pura faramalla por encubrir en realidad la complicidad de los altos mandos de la Sedena con el Chapo Guzmán.

Las preguntas son obligatorias: ¿por qué dudar de un mayor condenado al que se ha confirmado que le fueron violados sus derechos legales de ser víctima de una intriga que supera la imaginación, y que no es otra que quien hace los grandes tratos con el narco es la cúpula del gobierno, sus fuerzas militares, sus peones de campo, si todos ellos siguen operando en la mayor impunidad?

El general Hidalgo Eddy sigue de secretario de Seguridad Pública de Aguascalientes. Solo él y los altos mandos sabe la verdadera intriga, los entramados de esta gran intriga.
Termino de escribir estas palabras con la música lejana de una banda en Tierra Blanca que toca los narcocorridos de moda, adornados con la balacera y el estruendo de los sicarios…

Diputados novatos

En estos días de la 61 Legislatura me ha tocado escuchar de su voz propia al diputado Óscar Valdez López que quien realiza el trabajo de la Comisión de Hacienda son los asesores.

“Los asesores están trabajando…”, ha dicho cuando se le pregunta por el desmadre que traen por la iniciativa del presupuesto para 2014.

Y este jueves lo aceptó ampliamente que él ni siquiera sabía la ruta que sigue un proyecto en el Congreso, y que por ello pregunta a los asesores qué sigue.

Ese es el nivel de ignorancia que exhibie esta nueva legislatura en la materia, que ni incluso hace las formalidades para iniciar la sesión después de las 11 de la mañana, como lo hacía Rosa Elena Millán, que al menos se tomaba la delicadeza de decretar un receso si la cosa se dilataba, para no contravenir el artículo 112 de la Ley Orgánica del Congreso… Apenas 13 días de establecida la 61 Legislatura y ya exhibe la ignorancia en la que navega.
Por Martín Durán

El fantasma del general Hidalgo Eddy, del Chapo y del Mochomo