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Milenio/XAVIER QUIRARTE
07/05/2014 01:09 AM
México

Hace un par de años, uno de los momentos más emotivos en la presentación del disco-libro La luna grande. Homenaje de Chavela Vargas a Federico García Lorca (Discos Corasón) en Bellas Artes, fue cuando Martirio se refirió a la homenajeada: “Esta mujer abre los brazos y se acabó el dolor. Con las lágrimas de Chavela se llora muy bien, porque son lágrimas no de tristeza, sino de limpieza”.

La magia entre ambas cantantes sigue adelante, incluso después de la desaparición física de Chavela, en agosto de 2012. En su disco De un mundo raro. Cantes por Chavela (Universal Music), la artista española aborda con su peculiar estilo canciones como “Luz de luna”, “En un mundo raro”, “Las ciudades”, “La llorona” y “Las cosas simples”, acompañada por su hijo, Raúl Rodríguez, guitarrista de flamenco.

Maestra de las emociones que ha fusionado con éxito el flamenco con otros géneros, Martirio recuerda a Chavela Vargas “con una capacidad, como casi no he visto a nadie en mi vida, de poder curar los corazones sensibles. Lo que me fascinaba de sus conciertos, de la ceremonia sagrada que realizaba, era que, oyendo su canto, la gente se encontraba a sí misma. Era capaz de sanar los corazones, desde los más sensibles hasta los más estremecidos o adoloridos, así como acompañarte en un momento de dolor y de deseo”.

—¿Fue difícil elegir el repertorio para el disco?

—Bueno, fue difícil porque Chavela tenía una grandísima inteligencia al momento de elegir un repertorio y tiene muchísimas canciones maravillosas. Hicimos una especie de criba de los temas: en primer lugar, que las canciones dijeran cosas que yo puedo suscribir. Todos los temas están exentos de un dramatismo fuerte: no quería meterme en lo más dramático del repertorio de Chavela, sino quería rescatar la parte que tiene dolor, pero sobre todo la parte que tiene el perdón del desamor, cuando ya se ha curado el rencor. Evitamos canciones que no puedo escuchar en otra voz que no sea la de ella, como “Macorina” o “Cruz de olvido”. Cogimos canciones que fueran fáciles de trasladar al flamenco, que yo pudiera cantarlas como experiencia de vida y que tuvieran un regusto de dulzura que creo que, al final del disco, es lo que más se aprecia. No hay tanto drama, como perdón y dulzura.

—¿Cómo se dio la fusión de géneros?

—Esto se logra respetando el género ranchero para que la mezcla entrara con naturalidad y no se desvirtuara la expresión de las canciones. El pianísimo y el grito de Chavela Vargas tienen que ver con el pianísimo y el grito del flamenco cuando está contando su verdad, cuando estás sintiendo por dentro, cuando eres capaz de escuchar esa verdad en alguien que te puede cambiar la vida. Ese grito también lo hacía Chavela. Recuerdo cuando Raúl la conoció en una fiesta: la acompañó por solea cantando “La llorona” de una manera absolutamente natural, nadie tuvo que hacer ningún esfuerzo. Es que México y España estamos muy imbricados, tanto emocionalmente como por nuestra cultura.

—¿Cómo recuerda a Chavela y sus presentaciones con ella?

—Los dos últimos conciertos fueron de las cosas más importantes que yo he podido vivir. Tuve la suerte de que ella tuviera la deferencia de llamarnos —con Mary Farquharson y Eduardo Llerenas que facilitaron el camino— y todo fue estupendo. De las cosas más emocionantes fue cuando ella entró a Bellas Artes y aquello era un griterío, la gente haciendo fotos, chillándole, queriéndola y ella sintiéndose bañada en ese amor.

—Además fue a España a presentar el disco…

—Ni la enfermedad, ni la distancia ni los años podían detenerla. Dijo que venía a la Residencia de Estudiantes en Madrid y aquí estuvo en un ambiente que todavía parece que flotaba en el espíritu de los poetas de la Generación del 27, junto con Lorca. Las dos experiencias fueron absolutamente maravillosas, emocionantes y tan catárticas que estábamos totalmente trastornados de sentir tanto.

Martirio y Raúl Rodríguez presentarán el disco De un mundo raro. Cantes por Chavela el sábado 17 y el domingo 18 de mayo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris del Distrito Federal. Días antes realizarán una gira por el interior de la República, que incluirá la Feria de San Marcos de Aguascalientes, el Festival Cultural Texcoco y el Teatro Ocampo de Cuernavaca los días 11, 14 y 16 de mayo, respectivamente.