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  • Peña Nieto: las reformas solo han aumentado las desigualdades y la injusticia social, amen de un país sin derechos humanos ni libertad de expresión según los más recientes informes internacionales.
    Peña Nieto: las reformas solo han aumentado las desigualdades y la injusticia social, amen de un país sin derechos humanos ni libertad de expresión según los más recientes informes internacionales.

    Los prelados denuncian la pobreza de 50 millones de mexicanos y la inutilidad de las reformas aprobadas.

  • También, “las desigualdades intolerables y las injusticias sociales” como “los secuestros, la trata de personas, las actividades de delincuencia organizada en la impunidad, la violencia y los cuerpos decapitados en fosas clandestinas”. 

 

ADN/Hispanidad.- Recientemente informamos de que el presidente de México, Enrique Peña Nieto (en la imagen), aseguró que su Gobierno está redoblando los esfuerzos para que 2014 sea un buen año para la economía nacional y reiteró que se mantendrá el respaldo a los empresarios y emprendedores de todo el país, además de destacar las reformas realizadas hasta el momento.

Sin embargo, los obispos mexicanos han echado un jarro de agua fría al optimismo económico expresado por Peña Nieto y han publicado un documento poniendo en discusión la validez de las reformas educativas, de política fiscal, sobre la energía y las telecomunicaciones, recientemente aprobadas por el gobierno.

Según los prelados, “las reformas son necesarias para adaptarse al presente en busca de un futuro mejor. ¡Pero no debemos engañarnos! Si no se reforma la mente y el corazón, la conciencia para crear una escala adecuada de valores y nuestra capacidad de solidaridad fraterna, no habrá reforma que pueda ayudarnos a superar las desigualdades intolerables y las injusticias sociales que nos llevan a estar más atentos de la vida privada de los artistas que de los sufrimientos de los inmigrantes arrojados de un tren por no pagar a los extorsionadores; o ver sólo cómo estadísticas y noticias los secuestros, la trata de personas, las actividades de delincuencia organizada en la impunidad, la violencia y los cuerpos decapitados en fosas clandestinas”, recogía Fides.

Los obispos dicen estar preocupados por el futuro del país debido a estas reformas constitucionales, y se interrogan “en qué manera serán benéficas sobre todo para los que han estado permanentemente desfavorecidos, o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a depredar los bienes del país”.

La declaración ha generado polémica en los círculos políticos, mientras que los obispos han recordado en Asamblea la condición de pobreza de 50 millones de mexicanos, poniendo en entredicho la capacidad real de estas reformas de ayudar a sacarlos de esa situación.

Y es que, como en España hace Cáritas, la Iglesia conoce de primera mano la realidad del país y tiene autoridad para hablar de situaciones de injusticia.