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Río Doce/San José, Ahome.-Cinco cuerpos en avanzado estado de descomposición fueron exhumados de cuatro tumbas clandestinas localizadas y excavadas por civiles, sobre el lecho del río Fuerte, a finales de marzo.

Los particulares tenían meses buscando tumbas clandestinas, hartos de la ineptitud de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Sinaloa para encontrar a personas desaparecidas, ya sea por la policía preventiva local, por el grupo de operaciones especiales de la Policía Ministerial del Estado, comandado por Jesús Carrasco Ruiz, o por grupos criminales que le disputan a las corporaciones el control callejero de las actividades ilícitas.

Aunado al dolor de haber perdido a familiares, a ese grupo de civiles, ya organizado en equipos, lo mueve también demostrar que el procurador, Marco Antonio Higuera Gómez es incapaz de proporcionar justicia a la sociedad agraviada por la violencia, y que el funcionario se convirtió en comparsa de actividades oficiales criminales.

Los cuerpos desenterrados resultaron ser de cuatro hombres y una mujer. Eso se presume por las prendas que tenían puestos los restos mortales. Dos de los hombres fueron estrangulados, uno murió por las torturas a que fue sometido, al igual que ella, y a uno más le dispararon. Todos tenían más de seis meses enterrados. Ninguno ha sido identificado, aunque decenas de personas con familiares desaparecidos han hecho fila para investigar si alguna de las osamentas corresponde a sus seres queridos.

Evaristo Castro Borbolla, subprocurador regional de justicia en la zona norte, confirmó que no hay indicios firmes de la identidad de las cinco personas exhumadas en San José de Ahome, y anunció que las pruebas genéticas a realizar podrían tardar meses en dar resultados. Éstas se realizarán siempre y cuando alguna persona afirme y compruebe que ese cadáver corresponde a uno de sus familiares.

Antes de ello se realizarán pruebas de densitometría ósea, fotografía facial y otras, a las prendas de vestir que traían puestas los cuerpos.

Mientras tanto, se realiza la búsqueda en los expedientes de desapariciones que tiene en sus archivos la dependencia, en los últimos seis meses, a fin de cotejar las prendas de vestir con la información aportada por los familiares.

DENUNCIAN impunidad ante matanza de supuestos sospechosos.
DENUNCIAN impunidad ante matanza de supuestos sospechosos.

Los rastreadores de cuerpos

Ellos piden anonimato, como condición a contar lo que hacen desde hace meses. Temen por sus vidas. Le temen a la Policía Municipal de Ahome y a los ministeriales disfrazados de gendarmes, que para ellos son sicarios encubiertos. En su opinión, la policía tiene permiso para matar. Por eso temen, porque además están a dos fuegos, los sicarios de las bandas criminales y los policías.

Aún y con su miedo a cuestas, se lanzaron a esculcar el lecho del Río Fuerte, desde San Miguel hasta El Bule, y más allá, en una extensión superior a los 10 kilómetros. Por su experiencia acumulada en el rastreo de tumbas clandestinas, saben qué buscar, qué oler, en dónde excavar y cómo escarbar, y han perfeccionado su forma de dar aviso a la autoridad para no involucrarse con ella más allá de un contacto pasajero. Recelan una traición de la Procuraduría General Justicia, de sus subordinados y de la propia policía.

Por eso, cuando el rastreador encontró un paraje oculto entre los álamos del río, en donde había montones de latas de cerveza, restos de comida, botellas de agua, prendas de vestir, hojarasca removida no de manera natural, y tierra y arena atizada, decidieron guardar el secreto durante 72 horas.

Fue el viernes 28 de marzo cuando el lugar fue encontrado. Justo detrás de una huerta de mango, sembrada entre San José de Ahome y El Bule. Se le conoce como la alameda del “subetefácil”, pues hay un álamo tan recto que parece pino.

De incógnitos, decidieron excavar. El olor putrefacto les confirmó que allí había un cuerpo. Comprobaron que no era su familiar. Se lanzaron al siguiente montículo, apenas perceptible a ojo entrenado, y desenterraron otro despojo. Tampoco era uno de los suyos. Extendieron la búsqueda y desenterraron otros restos humanos. Tampoco era al que buscaban. No lo sabían, pero debajo de uno de los cadáveres, estaba el de una mujer.

Horas después, una cuarta tumba clandestina fue encontrada en la misma zona, pero distante un kilómetro de las primeras con la segunda. El lugar se llama La Guamuchilera y es un dique. En ese sitio, seis meses atrás ya habían sido desenterrados varios cuerpos y aunque los lugareños con familiares desaparecidos pidieron que se extendiera el rastreo, ante la certeza de que había más fosas clandestinas, los funcionarios de la PGJE echaron en saco roto aquella exigencia. Hoy, medio año después, el reclamo resultó veraz, y la desconfianza se anidó en la gente del pueblo.

FOSAS CLANDESTINAS. Horror social en Ahome.
FOSAS CLANDESTINAS. Horror social en Ahome.

El objetivo

Antes de que Saúl Enrique Higuera Cota desapareciera de la faz de la tierra les dijo a sus familiares: “Si algo me pasa fue Carrasco. Ese cabrón me extorsiona con 50 mil pesos”.

Una noche, Jesús Carrasco Ruiz y sus policías municipales y ministeriales llegaron a la casa de Higuera Cota, en San José de Ahome. Lo llamó. Él salió, hablaron. Y cuando la familia salió a la calle para saber lo que pasaba, Carrasco se lo llevó.

Al rato se los traigo, recuerdan, que les prometió. Saúl nunca apareció. Y hasta ahora, ocho meses después, no saben en donde está.

La familia denunció, pero nadie les creyó. Por el contrario, el gobernador Mario López Valdez respaldó a Carrasco, y el procurador Marco Antonio Higuera Gómez le cuidó la espalda.

Por eso, ellos se organizaron y forman parte de los rastreadores de cuerpos. Y tienen un objetivo: encontrar a Saúl Enrique.

Sin autoridad

Martín López Félix, abogado crítico de las políticas anticrimen que se aplican en Sinaloa, afirmó que en la zona norte y en especial en Ahome hay un vacío de autoridad, en donde los cuerpos de policía considerados como especiales y los criminales actúan con total impunidad.

“Los hallazgos de dos, tres, cuatro, cinco o 14 cuerpos en fosa masiva clandestina jamás son investigados, y todo se queda en el horror social. Más bien creo que el Gobierno de Sinaloa desvía las investigaciones para tapar lo que realmente ocurre, que es una matanza de inocentes y de supuestos sospechosos”.

Y afirmó que con la calidad de las autoridades locales, lo mejor es declarar estado fallido o decretar que la Procuraduría General de Justicia del Estado es inepta y deshacerla de inmediato.

¿Para qué sirve una autoridad que no aclara nada?, preguntó.

Historial de narcofosas

Nov. 2013.- 3 cuerpos son exhumados en San José de Ahome
Abril 2013.- 3 cuerpos son extraídos de una fosa en el ejido Benito Juárez
Abril 2011.- 13 cuerpos son desenterrados en Bachomobampo
Fuente: PGJE
Los panteones clandestinos encontrados en Ahome
Benito Juárez
San José de Ahome
Rosendo G. Castro
Tosalibampo
Concheros