Pide castigo para policías municipales que les robaron y golpearon
Río Doce/Marcia Salas/Mazatlán
La joven Paulina, de 23 años, acusa a policías municipales del puerto de haberles robado y torturado a ella y a su esposo. Con él usaron el método de la “chicharra” eléctrica y a ella la manosearon en sus partes íntimas. “Cállate, ni que estuvieras tan buena”, le gritaron los agentes cuando se atrevió reclamar.
Recién egresada de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Paulina denunció que policías municipales cometieron abusos y agresiones durante los esculques realizados para prevenir actos de violencia en el Carnaval 2014 Litoralia, La Piel del Mar, realizado en Mazatlán del 27 de febrero al 4 de marzo pasado.
Paulina, quien omitió dar más datos personales por temor a represalias, narró que la madrugada de aquel martes de carnaval ella se encontraba a unos pasos del lugar en el que fue asesinada Azucena Pacheco Rojas, de 30 años de edad, y heridos los jóvenes Ilse Gabriela, Ramiro Antonio Wong, Ramiro Zataráin Wong y Juan Carlos Ramírez Wong.
“Estaba en el baño y ahí escuché la plática entre mujeres de que hubo balacera y de que una bala perdida había matado a una muchacha, traté de regresar, pero los policías les impidieron el paso, hasta que mi esposo vino por mí, pero en ese momento un amigo del grupo con el que convivían les pide por celular que lo ayuden porque unos policías lo tenían detenido.
“Cuando llegamos con él ya lo habían soltado, pero estaba molesto porque al revisarlo le quitaron su cartera donde traía más de mil quinientos pesos. Entonces les reclamé y una mujer policía se molestó y me empujó; cuando traté de defenderme se me echaron encima más de 10 agentes, todos encapuchados y armados”, destacó la joven.
“Me arrancaron mis aretes y una cadena de oro, el celular, mi dinero, me golpearon con los puños en la cara y uno me empezó a tocar allá abajo; me jalaron de los cabellos y de los brazos; cuando mi esposo intentó defenderme lo inmovilizaron con toques eléctricos con una “chicharra” en la cintura, hasta que lo hicieron orinarse. También a él lo esculcaron y le quitaron su dinero, un anillo de oro y el celular”, añadió.
La joven indicó que a jaloneos y empujones, los municipales los llevaron esposados a una especie de celdas que improvisaron en una de las calles aledañas a la Plazuela Machado, donde fueron encerrados; sus amigos cooperaron para pagar las multas, aunque sus pertenencias no se las regresaron, ni tampoco les dijeron quién se quedó con ellas.
De acuerdo al reporte médico emitido por una clínica privada de Mazatlán, Paulina sufrió esguince cervical que ameritó collarín, así como “lesiones visibles en brazos, muñecas y dedos que tardarán en sanar en un periodo de quince días”. Por eso acudió al Ayuntamiento con la regidora priísta María del Refugio Quintero Urquiza, y al despacho del Presidente Municipal Carlos Felton González, donde sus asistentes le dijeron que iban a investigar.
Otra raya más al tigre
Otro caso que involucra a policías municipales es el de Luis Morán Gómez, quien el pasado 5 de marzo fue detenido en el interior de un baño en la zona de Olas Altas, acusado de alterar el orden y participar en una riña que en palabras de él, nunca sucedió.
Internado en la clínica del IMSS, Morán Gómez, detalló a medios de comunicación locales que un comandante de apellido Campos Castillo lo agredió cuando intentaba tomar fotografías del lugar.
Hasta el momento, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Sinaloa, cuenta con dos expedientes de queja por detención arbitraria y malos tratos durante el Carnaval 2014 que involucra a policías preventivos de Mazatlán.
De luto. La seguridad pública, estrategia fallida.
De luto. La seguridad pública, estrategia fallida.
Las preguntas de Mellany
Pide hermana de la finada Azucena que se le dé seguimiento al homicidio
Cayetano Osuna/Mazatlán
El crimen de Azucena Pacheco Rojas, asesinada durante el Carnaval de Mazatlán, dejó una familia enlutada, dos niños de ocho meses y seis años huérfanos, y cuestionamientos sin respuestas.
“Dicen que hubo un pleito, que se pelearon a golpes ahí ¿que no se supone que la policía debió de intervenir y llevárselos detenidos? ¿Por qué no lo hicieron?” —pregunta Melany Pacheco Rojas, hermana de la víctima.
El pasado domingo nueve de marzo, la familia de Azucena, acompañada de un contingente integrado por más de 100 ciudadanos, marchó en silencio por la avenida del Mar, para exigir justicia a las autoridades estatal y municipal.
En medio de la fiesta carnavalesca, Azucena Rojas fue asesinada por Jesús Alejandro López Castillo El Chichí, luego de que éste, motivado por una supuesta riña, disparó su arma calibre .9 milímetros.
Mellany percibe que en el caso de Azucena, la estrategia instrumentada por las autoridades encargadas de brindar seguridad pública a los ciudadanos en el estado y concretamente en Mazatlán, quedó corta. “Lo que sucedió fue solamente un reflejo de lo que está pasando aquí”, afirma.
La entrevistada sostiene que la versión que le dieron las amigas que acompañaban a su hermana Azucena fue que a lo lejos vieron un pleito que de pronto se calmó. “Ellas dicen que no los conocían, que eran unos plebillos que se habían peleado y se calmó, pero que de repente se escucharon balazos, todos al piso, y ya vieron a mi hermana ahí tirada, y ya no se despertó porque no se alcanzó a agachar”, recuerda.
El viernes siete de marzo, Mellany Pacheco Rojas, pidió apoyo para sus sobrinos, tanto al gobernador Mario López Valdez, como al alcalde Carlos Felton González, cuando el ejecutivo estatal se encontraba en una gira de trabajo en Mazatlán.
“A nosotros como víctimas de lo ocurrido nos cambió toda la situación respecto a los hijos de mi hermana, entonces yo le planteé la situación de nosotros, le pedí también el apoyo por lo mismo, pues yo creí que me iba a ayudar él directamente, porque necesitamos apoyo”, enfatiza.
“No iba a pedirle a otra persona más que a él y al presidente municipal que también nos apoyó, los dos hablaron conmigo, y el gobernador se comprometió a apoyarme, el día viernes”, informa.
A pesar de las promesas del gobernador del estado, la familia de Azucena Pacheco Rojas, todavía la semana pasada no había recibido el apoyo para los dos niños de la finada que desde el martes cuatro de marzo están huérfanos.
Contradicciones
El viernes siete de marzo, en el Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito, el presunto homicida, Jesús Alejandro López Castillo, durante su declaración preparatoria en la rejilla de prácticas del Juzgado Quinto de lo Penal, negó su responsabilidad en el crimen de Azucena Pacheco Rojas.
El Chichí dijo que no disparó contra ninguna persona, sino que lo hizo al aire para evitar que lo siguieran golpeando en el suelo cinco hombres a quienes momentos antes reclamó por haber piropeado a su esposa.
Entre algunos elementos de la policía municipal existe la versión de que momentos antes hubo una riña y pese a que la instrucción en esos casos es detener a los rijosos, no se aplicó el protocolo de seguridad pública.