Andrés Manuel López Obrador, dos veces excandidato a la presidencia de México y el líder más importante de la izquierda, reapareció la mañana de este lunes después de haber sufrido un infarto al miocardio el pasado tres de diciembre. López Obrador fue el encargado de inaugurar el Consejo extraordinario del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una organización que ha sido creada a su medida y que busca lograr el registro para convertirse en partido político. “Urge derrocar al PRI (el partido en el Gobierno) y al PAN (la derecha) con una revolución pacífica, sin violencia, para limpiar la corrupción en México”, dijo a sus simpatizantes.
El político, que cumplió 60 años el pasado noviembre, habló con un tono más mesurado del que acostumbra. Apareció con algunos kilos menos, bronceado y de semblante serio. Su regreso despertaba curiosidad ya que su mal cardiaco le había impedido movilizarse en contra de la reforma energética que se aprobó a mediados de diciembre en el Congreso mexicano y que abre la industria de los hidrocarburos a los inversionistas privados nacionales y extranjeros. Esta mañana fue claro, “vamos a abolir, lo más pronto posible, las llamadas reformas estructurales y vamos a revertir las privatizaciones”, dijo. Los consejeros de su movimiento lo arroparon con el aplauso y gritos de “¡es un honor luchar con Obrador!”.
Desde el templete anunció que desde mañana comenzará una nueva gira para recorrer el país para “mantener encendida la llama de la esperanza”. López Obrador, a quien apodan el pejelagarto (un pez originario de su estado natal), es afecto a hacer paralelismos con la Historia de México. Dijo que el país está viviendo una época parecida al Porfiriato (el periodo marcado por la dictadura de Porfirio Díaz, que gobernó por más de tres décadas a finales del Siglo XIX). “La actual política neoliberal es neoporfirismo… el Estado se encuentra convertido en un comité al servicio de políticos corruptos… donde las tierras, el agua, los ferrocarriles, las minas, la electricidad, el petróleo y otros bienes se han entregado a particulares nacionales y extranjeros”, dijo a los pies de una gigantesca manta con la imagen del general Lázaro Cárdenas, el presidente de México que firmó en 1938 la expropiación petrolera que nacionalizó el petróleo y expulsó a las trasnacionales extranjeras del país. En ella se leía una cita del militar: “Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras traiciona a ala patria”. Momentos después, en su discurso, López Obrador anunciaría que presentará “en el país y las instancias internacionales correspondientes una denuncia formal” en contra del actual presidente Enrique Peña Nieto por el delito de traición a la patria.
Martí Bartres, un cercano colaborador de López Obrador, quien funge como presidente del Consejo ejecutivo nacional de Morena anunció que el movimiento cuenta con 480.000 afiliados, lo que “duplica” el requisito mínimo contemplado por la ley electoral para fundar un partido político. Batres dio a conocer que el próximo 26 de enero se llevará acabo la asamblea constitutiva de la organización. Morena, dijo, participará en las elecciones de 2015 y su nacimiento servirá para que “exista oposición” y se rebelará contra el “pensamiento único” que ha creado el Pacto por México, un acuerdo conjunto entre el Gobierno con la derecha (PAN) y el principal partido de la izquierda (PRD) para impulsar una agenda común de reformas.
Algunos simpatizantes de López Obrador aguardaban afuera del salón de fiestas donde se llevó a cabo el Consejo de Morena. Beatriz, una mujer que ronda los 60 años, compartía su preocupación con otros. “No es bueno que lo hayan hecho subir tantos escalones”, decía. “Se lo tiene que llevar más tranquilo”, le respondía otro señor entre puestos de vendedores ambulantes que ofrecían camisetas del movimiento de la defensa del petróleo y pequeños llaveros de estatuas de López Obrador. Uno de esos comerciantes reconoció que no estaba vendiendo mucho pero que estaba contento de todas formas. “El peje está de regreso”, sentenció.