ADN/MÉXICO DF (Reuters) – Miles de personas se manifestaron el domingo en contra del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que cumple un año de gestión con una caída de su popularidad debido sobre todo a una reforma fiscal y a la debilidad de la economía.
La aprobación a Peña cayó a un 44 por ciento, según una encuesta del periódico Reforma, el nivel más bajo desde que asumió el poder, y por primera vez con una mayoría de personas que desaprueban su gestión – un 48 por ciento – frente a los que la aprueban.
En julio, el mandatario, que pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI), tuvo un 52 por ciento de opiniones positivas y un 38 por ciento, negativas.
Los primeros meses de su gobierno estuvieron marcados por la aprobación de varias reformas, como una para fomentar la competencia en telecomunicaciones, en el marco del Pacto por México con la oposición, lo que desató el optimismo de los mercados.
Pero a mediados de año la economía experimentó una fuerte desaceleración y la población no ha visto una disminución sensible de la ola de violencia relacionada con los cárteles de la droga que caracterizó al Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012).
Peña dijo en un discurso que las reformas aprobadas son la base institucional para que México tenga un crecimiento más acelerado en los próximos años, y que su prioridad para el segundo año será poner en práctica estos cambios.
“Así como este año ha sido un año de reformas, el que hoy inicia deberá destacarse por ser el año de la eficacia en la implementación de las mismas”, señaló durante un acto para entregar premios a deportistas destacados.
LA DIFICIL REFORMA ENERGETICA
En la encuesta de Reforma, un 27 por ciento de los consultados dijo que el mayor fracaso de Peña es la economía y un 30 por ciento señaló que su mayor logro fueron los acuerdos políticos.
Peña ha dicho que no gobierna para ser popular sino para transformar México con reformas, entre ellas la del sector educativo, que incluyó la evaluación de los docentes en un país donde aún se compran o heredan los puestos de maestros.
El domingo, los maestros y grupos anarquistas encapuchados marcharon por el centro de Ciudad de México entonando consignas contra el Gobierno.
También se concentraron simpatizantes del excandidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien fustigó una reforma energética propuesta por Peña, que dijo que sólo pretende entregar a extranjeros la riqueza petrolera que ahora controla la estatal Pemex.
“Se trata, simple y llanamente, de que las empresas extranjeras se hagan cargo de perforar los pozos petroleros y se apropien de la mitad de la producción”, dijo López Obrador, quien quedó segundo en las elecciones de 2012 detrás de Peña.
Esta reforma comenzaría a discutirse esta semana pero sin el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que apoyó otras pero que está en desacuerdo con la energética y se acaba de retirar del Pacto por México.
El PRD considera que el gobernante PRI está negociando por separado la reforma energética con el Partido Acción Nacional (PAN), para lograr cambios profundos en el sector que implican una gran apertura al sector privado, algo que molesta al PRD.
La encuesta fue realizada entre 1,020 personas, entre el 21 y el 24 de noviembre, y tiene un margen de error de más/menos 3.1 por ciento.