México tiene casi 118 millones de habitantes, siendo así uno de los países más poblados de América. Es una nación en vías de desarrollo, pero con una economía dinámica que le permite tener tratados de libre comercio con varios países. Sin embargo, sus servicios de salud están por debajo de naciones como Argentina, Colombia, Costa Rica y Uruguay, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El artículo 4° de la Constitución Política de México dice que la protección de la salud es un derecho de todos los mexicanos, pero la realidad es otra, no todos pueden ejercer ese derecho. Diversos cálculos indican que 30 millones de personas carecen de los servicios de salud que otorga el Estado.
Esta inadecuada atención médica llegó a su nivel más bajo e indignante en un centro de salud estatal. José Sánchez Carrasco, de 38 años, llegó en ambulancia a un hospital de Guaymas, Sonora, donde se le negó la atención médica por no contar con seguro ni dinero para pagar. Permaneció cinco días a las afueras del hospital con la esperanza de ser atendido y ahí murió, frente a la mirada indiferente de médicos y enfermas.
Días antes de morir, declaró cómo fue que llegó al hospital. Hoy él es una víctima mortal de negligencia médica.
Pero existen varios casos como este: el de una mujer indígena que dio a luz en el patio de un Centro de Salud en Oaxaca. En otro centro de salud, en Puebla, una mujer dio a luz en un pasillo, frente a la impotencia de su esposo porque no la atendieron de inmediato.
Las autoridades federales dicen que no hubo negligencia en ninguno de los dos casos y ninguna autoridad ha ofrecido explicaciones contundentes al respecto.
Cada día son más los mexicanos que necesitan de los servicios de salud otorgados por el Estado. Sin embargo, persiste la percepción de que se necesita mucho dinero para recibir atención médica adecuada. Incluso hay un estudio que indica que casi tres millones de mexicanos hicieron gastos catastróficos y empobrecedores en salud.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.