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Isabel Arvide/México, 28 de octubre.- Al salir de Coahuila en marzo del 2010 todos los papeles de mi oficina se empacaron en varias cajas que, al llegar a la Ciudad de México, fueron colocadas en la bodega de la casa donde vivía.

Nunca más volví a abrirlas.  A la manera bíblica entiendo que si volteas a ver hacía atrás te conviertes en estatua de sal.

Pasaron los años.  Es pública mi separación del tema de seguridad en Quintana Roo y mis denuncias sobre la corrupción del general Bibiano Villa.

Ya en mi libro Mis Generales, cuando le había renunciado varias veces al gobernador Roberto Borge, escribí sobre la manera en que Bibiano Villa en Coahuila había alardeado de haber matado con sus propias manos a un muchacho en Parras, al que había detenido bajo sospecha de ser “Zeta”.

Textualmente, así lo publiqué sin que hubiese autoridad, civil o militar, que por lo menos levántese la ceja con asombro, me dijo “lo hice gusanitos”.

Hasta ahí la historia.  De la que no quise ser cómplice, y por eso mi magnificación al respecto, en mi libro, en entrevistas en medios nacionales y locales en Quintana Roo.

Este mes lo he dedicado a cambiarme de la casa que habité en Tecamachalco a un departamento más pequeño en Polanco.  Por motivos de espacio he tenido que revisar archivos, papeles, cajas, adornos, ropa, todo lo que se va acumulando con el paso del tiempo y que no tiene espacio en mi nueva morada.

En ese ejercicio de revisión abrí las cajas con los papeles de Coahuila, que, insisto, no había vuelto a ver.

Ahí encontré un sobre que dice Gral. Bibiano Villa, confidencial, y que me fue entregado en propia mano por el general y licenciado Juan José Castilla Ramos, al abandonar la entonces Fiscalía del Estado.

Una de las obligaciones del general Castilla, que formaba parte de los jefes militares que constituyeron el “Modelo Coahuila”, era darle seguimiento a todas las denuncias penales que llegasen a tener.

A finales del 2009 se decidió nombrarlo director de Seguridad Pública Municipal de Monclova, de donde es oriundo.  Por esa razón me había entregado papeles “delicados”.

Uno de estos “pendientes” militares era el del general Villa.  Un asesinato.

Me entregó el sobre en Enero, junto con otros documentos.  A principios de Febrero la reunión mensual que teníamos con el gobernador y el jefe de la Región Militar se convirtió en un festejo con motivo del Día del Ejército.

Por lo tanto guardé estos documentos para tratarles con ambos, que era como operaba la coordinación del “Modelo Coahuila” rutinariamente, en un encuentro que ya no se dio por mi salida a principios del mes siguiente.

El expediente es el APPL11-PF-563/2009-X Es una querella contra quien resulte responsable por privación ilegal de la libertad, homicidio y demás que resultan en la persona de José David Arreola Estrada.

Consta de varias declaraciones de familiares del occiso que dan cuenta de los desencuentros y amenazas de varios miembros de esta familia, dos de ellos policías municipales en Parras, Coahuila, donde Villa era director de seguridad pública municipal, con éste.

Ahí se documenta cómo fue “subido” a la camioneta del general Bibiano Villa por él y sus escoltas, como lo llevaron a sus oficinas, lo torturaron, negaron su arresto en los días 11, 12 y 13 de octubre del 2009.  Y cómo encontraron su cadáver el día 17 de ese mismo mes.

Ese día 13 de octubre un locutor dio a conocer la detención del joven en la estación “La Explosiva”, una amiga de Arreola Estrada oyó sus gritos al ser “detenida” también, hay testigos de que entró a las oficinas de la dirección de policía municipal.

Otro testimonio es el de Julio Cesar Bracho Acosta que narra cómo fue detenido en los mismos días, por supuestamente vender droga, y llevado a esas oficinas para ser torturado, lo que cuenta con lujo de detalles ante el ministerio público estatal, y ahí escuchó los gritos y las quejas de José David Arreola Estrada.

Obviamente no había denuncia, flagrancia u orden de aprehensión.

¿Y la impunidad?

José David Arreola Estrada tenía 25 años.  Es un nombre de la lista de desaparecidos y asesinados que el gobernador Rubén Moreira se comprometió a que sus muertes no quedasen impunes.  Su palabra pública, como diputado federal encabezó la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, ha sido precisamente contra la impunidad.

Hoy anuncian que el general Bibiano Villa será el próximo Secretario de Seguridad Pública de Coahuila.

Isabel Arvide

@isabelarvide

Estado Mayor

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