En la ciudad de Córdoba (Veracruz, actual México), el Imperio Mexicano obtiene su independencia al firmar, Juan de O’Donojú, primer y último jefe político superior de Nueva España, y Agustín de Iturbide, comandante del Ejército Trigarante, los “Tratados de Córdoba” mediante los cuales se reconoce a la Nueva España como un Imperio monárquico, constitucional y moderado independiente, ofreciendo la corona a Fernando VII, rey de España, o a alguno de sus infantes; en caso de que ninguno de éstos aceptase la corona del Imperio (como finalmente así será), las cortes imperiales designarían al nuevo Rey, sin especificar si éste deberá pertenecer a alguna casa reinante europea o si podrá nombrarse a cualquier mexicano. (Hace 192 años).