0 4 min 11 años

1375803454_0

ADN/El Mundo.- Cerca de 30 osamentas humanas halladas en el nororiental estado mexicano de Tamaulipas, cuya antigüedad se remonta hacia el segundo milenio a.C., podrían estar vinculadas a los primeros pobladores del continente americano, informó hoy del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Estudios osteométricos, de ADN antiguo y de radiocarbono aplicados a los restos óseos recuperados en la cueva La Sepultura, municipio de Tula, podrían demostrar “que en esta área se encuentran indicios de uno de los linajes genéticos más antiguos de América”, señaló el organismo en un comunicado.

El proyecto de exploración y excavación de cuevas mortuorias en Tamaulipas busca “comprender mejor el origen, desarrollo, calidad y estilo de vida de las culturas milenarias que se establecieron en la región”, indicó el antropólogo físico Jesús Ernesto Velasco, del Centro INAH-Tamaulipas.

Dijo que los estudios realizados a los materiales obtenidos “van a permitir profundizar en el conocimiento sobre la extensión y prácticas culturales de los cazadores recolectores”, y su relación con otros grupos sedentarios que practicaban la agricultura.

Resultados de los análisis

El especialista añadió que los resultados preliminares de la investigación indican que el ADN de los restos esqueléticos de cerca de 30 individuos, rescatados en 2011 en la cueva de La Sepultura, “podría ser muy antiguo, pues estos linajes se remontarían a grupos de 10 y 12 mil años antes de Cristo”.

Los análisis por radiocarbono de los restos óseos (dientes) y un fragmento de petate hallado en la misma cueva los ubican entre los años 1387 a 1195 a.C. y 1313 a 914 a.C, respectivamente.

Velasco precisó que estudios anteriores de ADN realizados en un laboratorio de la Lakehead University de Ontario, Canadá, a muestras de un ejemplar momificado procedente de la cueva La Escondida han permitido identificar el linaje mitocondrial (perfil genético que se hereda exclusivamente de la madre) de estas poblaciones.

El perfil de ADN de las muestras de La Escondida “indica que pertenece al haplotipo C (un conjunto característico de variaciones genéticas), el cual se ha asociado de manera general a diversos grupos que poblaron de manera temprana el continente americano”, señaló el INAH.

El antropólogo dijo que éste y otros análisis traerán certeza sobre el origen de los grupos prehistóricos del norte mexicano y su dispersión a través del tiempo.

Por el momento, “estamos en espera de corroborar datos genéticos, físico-químicos y más dataciones, para contrastarlos con los morfológicos y culturales obtenidos”, y complementar así el perfil bioantropológico de la región, puntualizó.