Columna: Cuauhtémoc Villegas Durán
Aguascalientes, Ags.- Prepotente y soberbio, es, el mesero del congreso.
Ni siquiera diremos su nombre: no lo merece.
Contratado para servir y limpiar en las curules y mesas donde se sientan los diputados, trata con la punta del pie a las personas que van al congreso a tratar algún asunto. Es único gordo y malencarado, como si quisiera arrolar a su paso a todo el que no sea diputado o trabajador del congreso.
Tiene la mirada llena de soberbia y odio y, servil ante sus patrones trata de dar maltrato a la prensa y cuando puede obstruye su trabajo, niega acceso al recinto legislativo, interrumpe las pláticas entre reporteros y diputados, con el único fin de demostrar un poder del cual carece.