Raza Cero/Torreón, Coahuila.- Mientras Alberto
Bailleres González, dueño del grupo
Peñoles, presidente del Concejo del
Grupo GNP y del Palacio de Hierro,
trepa posiciones dentro del reducido
grupo de multimillonarios mexicanos y del mundo -segundo hombre
más rico de México y 32 del orbe con
18.2 mil millones de dólares, según ha
publicado la Revista Forbes-, 20 mil
niños envenenados por el plomo emitido por la planta Metalúrgica Peñoles siguen esperando recibir un tratamiento integral, 15 años después que
el pediatra Manuel Velasco Gutiérrez,
hiciera del conocimiento público la
existencia de infantes enherbolados
por la refinadora de oro, plata, zinc,
plomo, bismuto y ácidos, que aporta
la mayoría de la fortuna de Bailleres
González.
Olvidados por los medios laguneros,
por los políticos de todos los partidos y tendencias políticas y boicoteados por las autoridades de Salud de
Coahuila, desde la época en que Rogelio Montemayor Seguy, fue gobernador y luego por los sucesores en este
cargo, Enrique Martínez y Martínez
-actual secretario de la SAGARPA-,
el “estudiante” becado, Humberto
Moreira Valdés y el nuevo ejecutivo
estatal, Rubén Moreira Valdez (con
Z), las madres de estos 20 mil niños,
siguen esperando que Rubén Moreira
convoque al encuentro multidisciplinarios donde participan la Secretaría
de Salud, el municipio de Torreón y
Manuel Velasco Gutiérrez, como representante social de las madres de
los afectados, para que se presenten
los resultados de la vigilancia epidemiológica a la que se encuentran com-
20 MIL NIÑOS ENVENENADOS
POR PEÑOLES SON FANTASMAS
1ª. Parte
Continua pag. 9
Pediatra Manuel Velasco.
Lic. Felipe de Jesús Martínez
Rodarte, titular de la Comisión
Estatal de Derechos Humanos
de Durango. Sin empatía y tibio
defensor de las garantías individuales.
Jorge Herrera Caldera, gobernador de Durango. Indiferente
ante las bestialidades de la Fiscalía General.prometidas las autoridades.
Con un expediente del llamado Caso
Peñoles en la Procuraduría General
de la República (PGR), las reuniones
pluridisciplinarias deben llevarse a
cabo en los 3 primeros meses de cada
año, sin embargo, después de 16 meses en el poder, Moreira Valdez no
ha instruido a la secretaria del ramo,
Bertha Castellanos Muñoz para que
convoque a las madres de familia de
los afectados.
Entrevistado en su consultorio “dispuesto para los niños”, Manuel Velasco, pone al día los hechos de una de
las infamias más atroces en la historia
de Torreón.
-Manuel, son quince años desde que
tú pusiste en alerta a la comunidad
lagunera de que existían niños con
plomo en la sangre y que habría que
localizar la fuente de ese metal ¿Qué
se ha avanzado con las luchas de las
madres iniciada en el año 1998?
-La situación que se vive es que existen más de 20 mil niños que tienen
plomo en los huesos. En muchos de
ellos, el plomo en la sangre se encuentra en valores aceptables de acuerdo
a la Norma Oficial Mexicana (NOM).
Según este reglamento, registra estos niveles de plomo como normales,
pero la gran verdad de hoy es la gran
mentira de mañana, y esto aplica a
nuestra NOM que ya caducó y ya no
tiene concordancia con la ciencia. En
esta NOM -de la que fui coautor-, tomamos en cuenta, en ese tiempo, que
los valores eran de 10 microgramos
por decilitro de sangre, el valor-criterio para decir si un niño estaba envenenado. Posteriores investigaciones
en los Estados Unidos, han comprobado que con niveles tan bajos como 4
microgramos de plomo por decilitro
de sangre hay daño a la salud, por tal
motivo, el siguiente paso es reunir a la
Secretaria de Salud, a la gente que les
compete normar sobre valores de plomo en sangre y bajar el nivel-criterio,
porque las normas están hechas para
saber hasta que niveles se pueden
aceptar. No existe realmente un nivel
seguro para el plomo porque es un veneno. Los seres humanos no tenemos
porqué tener plomo, los niños tampoco, las mujeres embarazadas menos, y
aún más, los fetos y los embriones no
deben de ser expuestos al plomo por
los daños neurológicos, hemáticos, los
daños al IQ y disminución de los niveles en la inteligencia de los niños. Esto
es un problema de salud toxicológica.
-Conforme se avanza en las investigaciones, se va demostrando que el nivel que era seguro de 10 microgramos
por decilitro de sangre, ahora no lo es,
antes no se tenían bases para decirlo
contundentemente como es la ciencia.
En el año 2001 vino a Torreón personal del Centro para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC)
de Atlanta y dijo claramente que los
niños estaban envenenados por plomo; después se abrió la Unidad de Salud Ambiental (USA) como centro de
atención. Del 2001 a la fecha ¿cuáles
son los avances? En aquella época se
hacía un balance de 32 mil niños envenenados con plomo en la sangre y
acabas de decir que hay 20 mil ¿Hay
progreso? ¿Qué protocolos se han seguido? ¿Cuál es la participación de la
comunidad en este problema de salud
pública?
-Si, ese dato es de la CDC y es del año
2001; en aquel tiempo, este estudio
confirmó la asociación de los valores
elevados de plomo en la sangre con la
cercanía de la metalúrgica. Fue esa instancia internacional la que confirmó
lo que ya otros investigadores mexicanos habían dicho; que la fuente de
contaminaciones por plomo en sangre
era la empresa Metalúrgica Peñoles. A
la sazón, recomendaron a la compañía
Peñoles, que continuara con los trabajos para disminuir el plomo en su
entorno, en sus emisiones, que siguiera con el monitoreo del plomo en el
suelo por lo menos en un círculo de
4 kilómetros y medio a su alrededor,
esa es la magnitud. Entre más cerca
vive un niño de la barda de Peñoles,
el riesgo de envenenarse se incrementa. ¿Cuáles son los avances? Que las
mamás de las personas envenenadas
-porque esto se debe a las madres de
familia-, lograron con su lucha que se
les reubicara del área clasificada como
de alto riesgo de envenenamiento por
el plomo; ésta es una medida, la nú-
mero uno. Retirar a los niños de las
fuentes de contaminación y apartar a
las familias que vivían cerca del bosquecito aledaño a Peñoles. La zona de
riesgo es un cinturón de 4 kilómetros
y medio alrededor de Peñoles; retirar
a las familias de las 20 hectáreas donde vivían, sólo representa la hebilla en
un cinto. El avance fue que la hebilla
es donde ya no vive la gente, sin embargo queda todo el cinturón. Aquí es
muy importante la comunicación del
riesgo en el que se vive, no tanto la
vigilancia epidemiológica que se esté
haciendo. Se está vigilando que no se
envenenen los niños, pero lo ilógico es
permitir que los niños y las embarazadas vivan en una zona de riesgo de envenenamiento. Falta la comunicación
del riesgo de parte de las autoridades,
que hablen con la verdad y les digan a
las familias que tienen niños, que no
deben vivir en esa zona porque es un
riesgo a la salud.
-Sin embargo, en el año 2001, ya existían la colonia Zacatecas, Primero de
Mayo, Nuevo México, las Rinconadas,
y no son 4 kilómetros y medio con
respecto a la barda de la refinadora
de plomo. ¿Por qué a las personas que
aquí viven, nunca se les ofertó su traslado a otra parte de la ciudad?
Esta es una pregunta que deben de
contestar las autoridades de salud
¿Por qué no los mueven?
¿Cómo ves esta situación?
-Yo pienso que sí sacaron a las familias
que vivían en el actual bosque de 20
hectáreas que era parte de la colonia
Luís Echeverría, fue producto de la lucha de un grupo de madres con niños
envenenados por Peñoles; a ellos los
sacaron porque vivían en una zona de
riesgo. Se demostró que era un lugar
inhabitable. Las madres de familia trabajaron con el Congreso de Coahuila
y presionaron a las autoridades sanitarias. Sí no se hubiera producido
este movimiento social, todavía estaríamos viendo niños viviendo en esa
zona contaminada, hay avance. Además, el bosque que se obligó sembrar
a la empresa, es la hebilla de un cinto
de amortiguamiento industrial, que
legalmente debería de existir. Peñoles está obligado a tener una zona de
amortiguamiento industrial, donde no
deben de vivir niños. Si un grupo de
familias salieron de la zona de peligro
fue por la lucha por la defensa de sus
hijos, porque presionaron a las autoridades. Las familias que no lucharon se
quedaron fuera del programa de reubicación. Es injusto. Estamos hablando
de…bueno yo nada más soy pediatra,
pero entiendo que todos entendemos
lo que es justo e injusto.
-De estas 20 mil personas que actualmente se encuentran envenenados por
plomo en la sangre ¿Tú tienes las listas de gente? ¿Quién las maneja? ¿Qué
tratamientos se les está dando?
Sí, la base de datos está en la Secretaria de Salud; es la Secretaría de Salud
la que tiene esta plataforma de fichas
del total de los niños envenenados.
-¿Tú la conoces?
-Sí, la he visto.
-¿Qué tratamiento están dando a los
niños?
-Bueno, inicialmente a aquellos ni-
ños que tenían valores de más de 45
microgramos por decilitro de sangre,
se les trató con un medicamento quelante que se llama succimer, que sirve
para eliminar el plomo en la sangre y
en los tejidos, así como en los huesos.
Con relación entre el total de niños y
los que recibieron quelación, fue un
grupo muy pequeño de infantes que
se quelaron. Eran más niños que tenían valores para ser quelados y que
jamás recibieron la oportunidad de
desintoxicarse a pesar de que fueron
autorizados por la Secretaria de Salud. Este es otro acto injusto, y esa actitud la debe responder la Secretaria
de Salud.
-Entonces, a los otros niños ¿cómo se
les está tratando?
-Sí, estos niños reciben lo que se denomina la vigilancia epidemiológica,
siguen siendo monitoreados por la Secretaria de Salud, por los médicos que
se encargan de este programa y el monitoreo, es sobre todo el nivel de valores de plomo en la sangre. Con este
monitoreo, da la idea de que los niveles de plomo en la sangre disminuyen,
de que los pacientes mejoran, lo que
es parcialmente cierto. Digo parcialmente, porque el niño puede tener un
valor de plomo en la sangre de 9, de 8
microgramos por decilitro de sangre;
entre comillas, es aceptable legalmente, pero no biológicamente. Sabemos
que debajo de 10 mg/dl de sangre que
es nuestra NOM, que ya es caduca, no
tiene concordancia con la ciencia. Hay
otro aspecto que es el del plomo en los
huesos. Sabemos que esos niños que
tenían 8 o 9 meses de vida cuando se
les diagnosticó, eran bebés, bebés que
todavía gateaban en el suelo de 8 o 10
meses de edad, y se envenenaron por
que los bebés reproducían la vía de
intoxicación como tocar el suelo con
sus manitas y literalmente se llevaban
el plomo a la boca y se lo comían; era
el proceso piso, mano, boca; y de ahí
toda la contaminación a su cuerpecito. Estos niños, que llegaron a tener
valores altos grado 3 de plomo, debieron ser quelados, muchos de ellos no
recibieron el beneficio de la quelacion
y, por consiguiente, tienen niveles de
plomo aparentemente aceptables de
acuerdo a la norma, pero la verdad es
que cuando tengan 20 años de edad
todavía estarán envenenados, porque
todavía existirá una carga corporal de
plomo en sus huesos.
México, DF., primera quincena de mayo de 2013.
Pediatra Manuel Velasco.
Peñoles. Impunidad total y contubernio con gobernantes coahuilenses.
Rubén Moreira, gobernador d