En la mira federal, la policía de Culiacán

El Ejército mantiene sin armas a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán desde hace 12 días.

Cortesía/Río Doce/Roxana Vivanco.

El 25 de septiembre, la noticia corrió como reguero de pólvora: el Ejército había tomado las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán y desarmó a los policías. Al mediodía el secretario estatal de Seguridad, Gerardo Mérida Sánchez, se apresuró a informar que se trataba de una revista extraordinaria del armamento de la Licencia Oficial Colectiva (LOC) 204 de los agentes.

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El desarme de la policía se dio en medio de la pugna que mantienen las facciones de los Chapitos y los Mayos, que inició el 9 de septiembre y ha generado una escalada de enfrentamientos, asesinatos y levantones, tanto en la ciudad, como en Eldorado y zonas rurales, extendiéndose a municipios del sur como Elota, San Ignacio, Concordia y Rosario. En el caso de Culiacán, la violencia e inseguridad se agudizó ante la falta de los rondines que realizan policías municipales, aumentando los robos a comercios, principalmente en la colonia Centro, así como al despojo violento de vehículos a cualquier hora.

Pese al clima de inseguridad, la revisión del armamento de los agentes municipales de Culiacán, cumplió ya 12 días, generando sospechas sobre el verdadero motivo del desarme, sobre todo porque el Ejército también pasó revista al armamento de los elementos municipales de Navolato. El operativo inició el 1 de octubre y concluyó al día siguiente. En total se revisaron 320 armas de cargo de policías y tránsitos.

En febrero pasado, el alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil dijo que en Culiacán se contaba con 1 mil 180 a 1 mil 200 policías, es decir que si la Sedena revisó en un día 320 armas a policías de Navolato, en Culiacán el operativo debió demorar cuatro días.

Miguel Calderón Quevedo, coordinador del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), dijo el 03 de octubre, que la diferencia en tiempos de revisión entre la Policía de Culiacán y Navolato, podría indicar la detección de problemas más graves en la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de la capital del estado.

“Es curioso que en un municipio con una fuerza policial mucho menor, como Navolato, el proceso concluyera en un día, lo que sugiere que en Culiacán podrían haberse encontrado mayores anomalías”, comentó.

El viernes pasado, Gerardo Mérida Sánchez informó que la revisión de las armas de cargo de policías y tránsitos municipales de Culiacán, llevaba un avance del 25 por ciento. 

Las versiones

Policías municipales de Culiacán señalaron que la revisión del armamento derivó del enfrentamiento en los departamentos Clamont ubicados en la calle Ignacio López Rayón, en el sector Tres Ríos, muy cerca de la plaza Cuatro Ríos, el 21 de septiembre, y donde presuntamente fue abatido Juan Carlos Sánchez Palacios, un abogado y padre de familia que quedó en medio del fuego cruzado. Los primeros respondientes en la escena fueron agentes de la Policía Municipal, quienes enfrentaron a gatilleros que se resguardaron en uno de los departamentos.  La balacera se escuchó desde diferentes sectores de la ciudad, generando pánico.

En videos que circularon en redes sociales se observa a un uniformado lanzando algo a un departamento, luego la puerta parece explotar y se observa humo. Otras grabaciones mostraron a un policía brincando por uno de los balcones. El gobernador Rubén Rocha informó esa misma tarde, que las fuerzas de seguridad redujeron a tres civiles agresores, detuvieron a uno y evacuaron a seis adultos y una menor de edad”. Tres policías resultaron lesionados. Dos por caídas y uno por heridas de bala.

Un vecino del lugar aseguró que además de los muertos reportados, dos cuerpos más quedaron sin vida en un terreno baldío contiguo. Estos fueron retirados de la escena alrededor de las 2:30 de la madrugada. Se desconoce si quienes se los llevaron fueron civiles o las autoridades.

Trascendió que en dicho lugar se encontraba Jorge Humberto Figueroa, el 27 o el Perris, jefe de seguridad de Los Chapitos, quien habría logrado escapar.

Previamente el 19 de septiembre en redes sociales se publicó una carta firmada por un “gremio de policías municipales de Culiacán”, dirigida a medios de comunicación, en la que se denunció que presuntamente dentro de la SSPyTM de Culiacán opera un grupo denominado “Fuerzas Especiales Julieta”, afín a los Guzmán.

En dicho grupo señalaron que están vinculados supuestamente “todos los comandantes de los cinco sectores, los comandantes de las sindicaturas, el escuadrón motorizado, el grupo de robo de vehículos y los supervisores operativos”.

Añaden que dichas denuncias las llevaron ante el secretario de Seguridad Pública, Antonio Leyva López y al director de la Policía Municipal, Eliab Romero, pero han sido omisos.

“Hoy más que nunca, la situación es crítica, las amenazas hacia el gremio policial han aumentado, y muchos de nuestros colegas, incluidos mandos, han optado por no presentarse a trabajar, solicitar permisos o incluso tomar vacaciones prolongadas, nos encontramos en una posición de vulnerabilidad, donde la amenaza persiste, incluso en nuestros hogares”.

Policías, a la calle y sin armas

Ante el reclamo de comerciantes por la ola de robos en el primer cuadro de la ciudad, el alcalde Juan de Dios Gámez Mendívil anunció el miércoles 2 de octubre que los policías municipales regresarían a las calles, sin armas, y acompañados de policías estatales.

En total se desplegarían 120 elementos agentes estatales y municipales a bordo de 20 patrullas y motopatrullas en el Operativo de Proximidad en la colonia Centro, a los que se sumarían el viernes 590 elementos de la Guardia Nacional, mientras concluye la revista extraordinaria de armamento de la Licencia Oficial Colectiva 204 de la Policía Municipal de Culiacán.

Se buscó entrevistar al secretario de Seguridad Pública, Antonio Leyva López y al alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, pero no se obtuvo respuesta.

Artículo publicado el 06 de octubre de 2024 en la edición 1132 del semanario Ríodoce.