El Juego de los sietes (5): Daniel Ruzo

V

Daniel Ruzo

Texto/Investigación: Cuauhtémoc Villegas Durán

Ningún profeta tan relevante para la historia y tan descoocido por las grandes masas de la actualidad pero no así a las de su tiempo a las que cuativó con La fantástica historia de un descubrimiento que es sólo un libro de los muchos que escribió sobre la protohistoria y el Diluvio Universal pues este hombre es el verdader Indiana Jones que no desucbrió una, sino varías arcas en 7 países del mundo.

Daniel Ruzo fue una autoridad en Protohistoria pero, además, fue el mayor estudioso serio de la obra de Michel Nostradamus del que llegó a reunir 1250 piezas que estudió y conservó en Nueva York y del cual escribió entre otros El Testamento verdadero de Nostradamus.

Poeta en su juventud, publica libros y dirige la revista Studium.

Empresario y corredor de bienes raíces, amasó fortuna, con la que pudo hacer sus investigaciones a contracorriente de la ciencia oficial.

Desde 1927 reunió una biblioteca sobre ciencias ocultas, especializada en profecía, integrada por la colección más completa de Nostradamus (más de 1250 piezas).

Miembro de la masoneria del Perú en el Consejo Supremo, con el grado 33 desde 1937.

Desde los 24 años de edad se dedicó a la investigación protohistórica, descubrió en la la costa del Perú esculturas zoomorfas y antropomorfas de estilo desconocido. En 1952 fotografió en la Mestea de Maaracahuasi, Perú, centenares de esculturas con dicho estilo original, para ser vistas como un cuadro desde un punto dado y cuando el sol se encuentra en un sector exacto del cielo, completando la obra con luces y las sombras. En 1953 dio cuenta en México de sus descubrimientos (El Tepozteco, Tepoztlan, Morelos) y en 1957 en la Sorbona de París.

Realizó estudios proohistóricos en la siete nacones que concentran este tipo de escultura: Perú, Brasil México, Francia, Inglaterra, Egipto y Rumania.

Consideró a la unversidad como una carga dogmática y con un sinfín de interes económicos que no permiten la búsqueda de la verdad con metodos diferentes a los tradicionales.

Fue el último gran sabio de las ciencias esotéricas, utilizando la fotografía y exploraciones por el mundo, los libros y las cábalas.