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Los cien millones que El Chapo dio a Peña Nieto

Revelaciones del juicio contra el ‘Chapo’: Exdiputada traficó droga y lavó dinero, expresidente Peña Nieto recibió soborno de 100 mdd, militares recibían dinero del Cártel de Sinaloa por protección y por capturar o asesinar a sus enemigos, la policía federal traficaba y vendía cocaína…

Río Doce.- “¿El señor Guzmán le pagó 100 millones de dólares al presidente?”, le pregunta el abogado del Chapo, Jeffrey Lichtman, al testigo colaborador Alexander Hildebrando Cifuentes Villa.

“Sí, señor”, responde el colombiano durante la novena semana del juicio contra el Chapo Guzmán en la corte federal de Nueva York.

El testigo confirmó que Enrique Peña Nieto le pidió 250 millones de dólares a Guzmán Loera “para que pudiera seguir trabajando” y que éste le ofreció 100 millones de dólares a cambio. Esa cantidad, dijo el testigo, se le entregó al presidente durante octubre de 2012 en la Ciudad de México.

Cifuentes también dijo que una de sus empleadas, Andrea Vélez Fernández, le hizo llegar maletas llenas de efectivo a Peña Nieto para su campaña presidencial a través de JJ Rendón, el venezolano que trabajaba como asesor político de Peña Nieto y era jefe de Vélez Fernández.

El ‘Chapo’ y Alex Cifuentes.

Durante el sexenio de Felipe Calderón, también el ejército recibía dinero de los narcos, dijo Cifuentes. Las fuerzas especiales estaban en la nómina de los Beltrán Leyva, con el fin de que los protegieran de Guzmán Loera, con quien estaban en guerra. Otros militares recibían entre 10 y 12 mil dólares de parte del Cártel de Sinaloa por capturar o asesinar a los socios de los Beltrán Levya. Incuso la policía federal, dijo el testigo, traficaba y vendía cocaína colombiana en México, para Edgar Valdez Villareal, la Barbie.

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Las dádivas de la corrupción también se repartían en Colombia. Alex Cifuentes explicó que sus hermanos Jorge y Pacho le pagaban una mensualidad a Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, exdirector de la Policía Nacional de Colombia, para darle protección a la familia Cifuentes durante sus actividades ilegales. Entre 2012 y 2014, Trujillo fue asesor militar de Peña Nieto por su experiencia en el combate al narcotráfico.

Al testimonio de Alex Cifuentes le siguió el de Víctor Vásquez, el agente de la DEA que ayudó en el segundo arresto de Guzmán; mide casi dos metros, nació en Durango, vive en Perú y de diciembre de 2008 a 2014 trabajó en México con la misión de capturar a Joaquín Guzmán Loera, Ismael Zambada y Rafael Caro Quintero. El agente narró el operativo de captura del Chapo mientras una serie de videos se proyectan en la sala 8D de la corte federal de Nueva York. “Ahí estamos en un helicóptero sobrevolando Culiacán”, explica.

EL CLAN CIFUENTES.

El agente de la DEA asegura que su papel en la captura de Guzmán Loera fue únicamente como observador. Cuando Eduardo Balarezo, abogado del Chapo, le pregunta si había más estadounidenses además de él, Vásquez hace una pausa y voltea a ver a los fiscales. Contesta que no, que él era el único. Enfatiza su rol de asesor y observador. Dice que se quedó afuera del Hotel Miramar en Mazatlán cuando atraparon a Guzmán Loera el 24 de febrero de 2014.

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En la pantalla se proyecta una foto. Es Vásquez, vestido con el uniforme de la marina mexicana. Tiene un arma en la mano. Balarezo le pide al testigo que la vea y le pregunta qué ve. Vásquez explica que es él, vestido con un atuendo de camuflaje. “Y ese objeto que tiene en la mano, ¿qué es?”, pregunta Balarezo. “Un rifle de asalto”, responde Vásquez. Si sólo era un asesor, pregunta el abogado del Chapo, ¿por qué necesitaba un rifle de asalto?

Minutos antes, Vásquez había narrado el operativo que dirigió para capturar al Chapo. La búsqueda —que terminaría en Mazatlán— había iniciado en Culiacán el 16 de febrero de 2014. Después de capturar a Nariz, uno de los hombres del Chapo, éste los llevó a las casas donde supuestamente el acusado se escondía. Al llegar a la primera, encontraron un túnel bajo la tina del baño principal. Adentro se oían gritos. Persiguieron a quienes escapaban sin lograr alcanzarlos.

“Se levantó la tapa de una bañera que tenía ahí y dije ‘¿voy a entrar ahí?”, recordó horas después Lucero Guadalupe Sánchez López, la primera mujer criminal que testifica contra Guzmán Loera. “Estaba muy asustada y estaba oscuro”, recordó Sánchez López. El Chapo entró primero, seguido de su secretario Cóndor, la testigo y Chaparra, la empleada doméstica. Después de caminar por el túnel húmedo de concreto con el agua hasta las rodillas, salieron corriendo. El primero en salir fue Guzmán Loera, que iba desnudo, explicó la testigo, “y nos dejó ahí”. Cuando Sánchez López logró salir después de una hora que descubrió como “suficiente para traumarme”, se dio cuenta que estaba en el Río Humaya, “donde está la Conagua en Culiacán”.

La testigo habría iniciado una relación romántica con Guzmán Loera en febrero de 2011. Empezó a traficar mariguana para el Chapo escasos meses después, y en 2012 capacitaría a un prestanombres para abrir una compañía fachada de jugos en la Ciudad de México. En tres meses lavaron 5 millones de dólares. Para 2014, Sánchez López se lanzaría como candidata para representar a Cosalá, su pueblo natal, en el congreso estatal de Sinaloa. Después de ganar “con muchos votos”, sería destituida tres años después por sus lazos con el Chapo.

EXDIPUTADA. Lucero Sánchez.

Lucero Guadalupe Sánchez López tiene el cabello castaño largo y lacio, con las puntas teñidas de rubio. Lo lleva acomodado sobre su hombro izquierdo hasta la cintura. “Hasta el día de hoy estaba confundida porque creía que era una relación amorosa”, dijo la mujer de 29 años y de 1.52 metros de alto, en la corte federal. Lleva un año y medio en una cárcel de Estados Unidos desde que la detuvieron en San Diego en 2017, cuando intentó ingresar para pedir asilo político y fue acusada de conspiración de tráfico de cocaína. Enfrenta una sentencia de entre 10 años y cadena perpetua.

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Mientras se acerca el final del juicio contra Guzmán Loera, la fiscalía intenta evitar que se haga pública cierta información. El gobierno estadounidense ha solicitado al juez que se oculten algunos nombres, como el de Naranjo. Los fiscales también han realizado una cantidad abrumadora de objeciones durante las preguntas de la defensa a Alex Cifuentes, sobre los sobornos a políticos, y a Víctor Vásquez, sobre el nivel de participación de los estadounidenses en las operaciones de la marina.

Artículo publicado el 20 de enero de 2019 en la edición 834 del semanario Ríodoce.

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