Río Doce.- Si la violencia ha disminuido sensiblemente a partir de 2011, los niveles de impunidad se han incrementado, revela el capítulo Sinaloa del estudio Índice de Paz en México
La impunidad e ineficiencia del sistema de justicia y la violencia generada por los enfrentamientos de la delincuencia organizada, constituyen los principales desafíos para alcanzar la paz en Sinaloa, concluyó el Índice de Paz en México, capítulo Sinaloa.
Ubicado en el lugar 30 de 32 entidades del país, Sinaloa se ha mantenido, a lo largo de una década, en los números rojos de los indicadores de paz que revela el informe elaborado por el Institute for Economics and Peace.
Y es que a pesar de que en diez años, Sinaloa ha incrementado en un 76 por ciento los recursos económicos destinados a contener la violencia, casi el doble del incremento promedio en el país, las cifras de homicidios, crímenes contra la salud pública y delitos con arma de fuego se mantienen muy por encima de la media nacional.
“La situación a lo largo del periodo analizado no ha sido para nada promisoria, con calificaciones por encima de la media del país en todos y cada uno de los años desde 2003. En Sinaloa, la situación de paz ha empeorado”, señala el informe.
Sin embargo, para Sinaloa hay esperanza, el Índice de Paz destaca un concepto denominado “pilares de la paz”, indicadores a través de los cuales se detectó que la entidad está bien posicionada en cuanto a políticas públicas a largo plazo, un buen ambiente de negocios y condiciones para la captación de inversión extranjera.
Más homicidios y más impunidad.
En el análisis de la situación de violencia desde el 2003 al 2012 se observa un incremento considerable en el número de homicidios pero se destacan como alarmantes, las cifras de homicidios que han quedado impunes.
En diez años, Sinaloa incrementó su taza de impunidad en homicidios de un 67 por ciento en 2003, hasta un 88 por ciento de crímenes impunes en el 2012.
En el 2010, año en que Sinaloa registró el índice más alto, un 92 por ciento del total de los asesinatos se quedaron sin castigo.
A nivel nacional, la taza de impunidad llegó hasta el 77 por ciento en 2012, superado en once puntos porcentuales por Sinaloa.
Pese a que las cifras de homicidios y delitos presentan una tendencia a la baja, la tasa de impunidad no ha logrado descender, apunta el informe.
“La función de la procuración de justicia tiene un ejercicio de marcada ineficacia e insuficiente capacidad para defender los intereses de la sociedad y aportar resultados en la investigación del delito, su persecución y esclarecimiento”, señala el documento.
Según el análisis, la alta ineficiencia del sistema judicial se corrobora en el Plan Estatal de Desarrollo de Sinaloa donde se indica que en el Estado hay 77 agencias del Ministerio Público, las cuales sólo alcanzan un rango de 2.75 por cada 100 habitantes, ubicando a Sinaloa entre los estados con menos cobertura.
Otro aspecto que contribuye con la impunidad, según el informe, es el retraso en la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal.
De acuerdo a un estudio realizado en 2013 por el Centro de Investigación para el Desarrollo, Sinaloa presenta un bajo nivel de progreso, mucho menos avanzado que otras entidades que también trabajan en la implementación del nuevo sistema, como Chihuahua, Nuevo León o Baja California.
Pese a que en el discurso se asegura lo contrario, la percepción de Sinaloa como un estado violento está arraigada.
Si bien, la tasa de asesinatos pasó de 106 homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2010, a 33 homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2012, Sinaloa aún lidera los primeros lugares de entre los 10 estados más violentos del país.
El Índice de Paz recoge los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2013, en la cual se detalla que un 77 por ciento de la población sinaloense percibe a su estado como inseguro.
Homicidios. Índices a la alza.
Culiacán, el más violento
Al focalizar el estudio hacia cada uno de los 18 municipios del Estado, Culiacán aparece con los índices más altos en todos los delitos de alto impacto.
Sin embargo, en el análisis de diez años, Salvador Alvarado, Mazatlán y Navolato incrementaron sus tazas de homicidios hasta en un 220 por ciento.
“Los incrementos en las tazas de delitos por homicidios a partir de 2007 en estos municipios fueron exorbitantes, lo cual coincidió con lo que sucedió a nivel nacional, a partir del inicio de la guerra contra las drogas en dicho año”, indica el estudio.
Por el contrario, Choix y Badiraguato destacan entre los municipios que lograron reducir sus índices y ubicarse por debajo del promedio en la entidad.
El Índice de Paz llama la atención respecto a la inclusión de Ahome y Culiacán en el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, implementado por el gobierno de Enrique Peña Nieto para prevenir el delito.
Según se destaca en el informe, Ahome registró los niveles más altos de crímenes en el 2010 pero al analizar sus tazas de violencia por cada 10 mil habitantes se ubica entre los cinco municipios menos violentos, a diferencia de otros que fueron excluidos del programa federal, como Salvador Alvarado, Mazatlán y Navolato.
“Esta disparidad de situaciones entre los municipios exige de las autoridades una extrema precaución al momento de implementar políticas o decidir la asignación de recursos, lo que quizás podría ser mejorado con una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones y total transparencia en las acciones de gobierno”, destaca el índice.
El costo de la violencia
El impacto económico que ha generado la violencia en Sinaloa, desde la inversión gubernamental para combatir la delincuencia hasta los costos sociales de la muerte, el miedo y la reducción de la productividad laboral, en un periodo de 10 años, ha llegado hasta los 804 mil millones de pesos.
Para calcular dicha cifra, el Índice de Paz consideró indicadores como los homicidios, crímenes violentos, impacto de armas de fuego, encarcelamientos, financiamiento policial, seguridad privada, sistema judicial, gasto militar, miedo y primas de seguros.
Tan sólo en el 2010, la sociedad sinaloense gastó 123 mil millones de pesos en la contención de la violencia, para el 2012 el gastó llegó a 94 mil millones de pesos.
Del 2003 al 2012, el impacto económico de la violencia en Sinaloa se incrementó en un 76 por ciento, el doble que a nivel nacional en el mismo periodo de tiempo.
“El gasto total en contención de la violencia en Sinaloa para el 2012 representó casi el doble de los egresos presupuestados para el 2014, con tan sólo el dos por ciento del total en contención de violencia se podría pagar el gasto en salud, desarrollo regional, infraestructura económica, social y urbana de 2014”, critica el informe.
Los retos que vienen
Para la investigadora Patricia de Obeso, representante del Instituto de Economía y Paz en México, las tendencias en seguridad han comenzado a mejorar en todo el país.
Ahora, el reto consiste en redireccionar las estrategias hacia la prevención del delito, la participación ciudadana y la erradicación de la corrupción, consideró la investigadora.
“Creo que sí vamos en buen camino porque definitivamente las tendencias van a la baja, sin embargo, ahora el tema está en los detalles y en poder encontrar ese nivel que teníamos hace 10 años”, destaca.
La estrategia que plantea el Instituto de Economía y Paz para lograr ambientes pacíficos se fundamenta en los pilares de la paz, los cuales consisten en un buen funcionamiento del gobierno, sólido entorno empresarial, distribución equitativa de los recursos, aceptación de los derechos de los demás, buenas relaciones con los estados vecinos, libre flujo de la información, alto nivel de capital humano y bajos niveles de corrupción.
“En este gobierno, sobretodo el federal, vemos una nueva apuesta por la prevención del delito, se ha tomado con mayor seriedad, se han hecho más análisis a nivel estatal y municipal”, considera.
En el caso de Sinaloa, Patricia de Obeso señala que el camino para lograr la paz es más largo, debido a los altos índices de violencia que se alcanzaron.
La asignación de recursos para seguridad aún no se redirecciona hacia la prevención, hay tareas pendientes en cuanto a la aplicación de justicia y no se observa un libre flujo de información debido a diversas quejas respecto a ataques a los medios de comunicación, concluye.
LAS CIFRAS
Sinaloa se ubica en el 30 de 32 entidades en el Índice de Paz.
En el 2012, el 88 por ciento de los homicidios quedaron impunes.
Al 2013, el 77 por ciento de la población sinaloense aún percibía a su estado como inseguro.
La violencia en Sinaloa ha generado un impacto económico de 804 mil millones de pesos.
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