El lunes 23 de junio fue detenido en Tijuana Fernando Sánchez Arellano, el heredero visible del CAF, en una operación armada con información de la DEA. Esta vez ofrecemos a nuestros lectores la crónica puntual y detallada de la detención, contada por las plumas del semanario tijuanense ZETA.
ZETA/ Investigaciones
Cuando tres agentes vestidos de civil rodearon a Fernando Sánchez Arellano el Ingeniero, él les dijo que era Fernando Canales Villanueva y que nada debía. Ante el silencio de los agentes que procedieron a detenerlo, cambió de táctica: “Está bien, son tres, podemos llegar a un arreglo”. Uno de los oficiales de Baja California le dijo en seco: “Compa, ya te agarraron; ya acéptalo”.
Entonces el sobrino de Benjamín y Ramón Arellano Félix, y hasta ese momento líder del Cártel Arellano Félix, dejó de oponer resistencia física o verbal. Lo habían detenido. Finalmente, después de doce años en la actividad delictiva, había caído.
Acusado de asesinar a policías municipales en la narcoguerra que se vivió en Tijuana entre 2007 y 2010, a Sánchez Arellano le seguían la pista desde hace un año.
El operativo para detenerlo inició hace meses en Estados Unidos. Al final, una vez ubicados sus pasos y controlados sus movimientos, investigadores de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) tomaron su información y solicitaron a corporaciones locales en Tijuana ejecutar el plan de aprehensión.
La revelación del trabajo de inteligencia de la DEA y el operativo coordinado de Tijuana, fue hecha a ZETA por miembros del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California.
En efecto, el último Arellano conocido en el hampa fue detenido por oficiales locales, custodiado y trasladado por elementos del Ejército Mexicano, con información y análisis de la DEA.
Al final del partido
Sánchez Arellano rompió su cerco de seguridad y lo ubicaron. El operativo para detenerlo el lunes 23 de junio de 2014, inició a las cinco de la mañana de ese día. Autoridades de Estados Unidos proveyeron la información a un reducido pero confiable grupo de policías locales. La información se manejó prácticamente en secreto. Ni el gobernador ni el alcalde sabían a quién iban a detener.
Los agentes encargados de aplicar la información obtenida en el mapa tijuanense coordinaron cinco grupos tácticos en igual número de zonas de la ciudad. En alguna de ellas estaría, o pasaría en tránsito, Sánchez Arellano.
La primera información fue que el traficante de 42 años, heredero del cártel de sus tíos, disfrutaría del juego donde la selección mexicana de futbol jugaría ante Croacia su pase a octavos de final dentro del Mundial Brasil 2014.
El capo estaría en un punto no especificado de la Zona Río en Tijuana, pero esa información no se compartió antes de la captura. Los cinco equipos de hombres en autos y atuendos de civil, sin chalecos ni armas largas, solo una pequeña pistola fajada a la espalda, fueron asignados al seguimiento. Tampoco los oficiales sabían a qué iban, y menos por quién. Fueron despojados de aparatos de comunicación particulares y recibían instrucciones de movimiento solo a través de los radios Matra.
Tres personas en Baja California conocían que el objetivo era el Ingeniero, y de ellas, solo una participó en el seguimiento de calle. Los equipos circularon por ocho horas entre la Zona Río, sus colindancias con la delegación La Mesa y la delegación Centro.
La búsqueda en bares
A las 13 horas empezó el partido mundialista y, 10 minutos después, la comunicación entre los uniformados se activó. Durante las siguientes dos horas que duró el juego, los equipos de captura se movilizaron constantemente; uno de los cinco grupos a la cabeza del operativo, los otros como respaldo y vigilancia. La secrecía con que se realizó la operación impidió que un ciudadano cualquiera lo alertara.
Vigilaron los movimientos en bares y restaurantes donde se proyectó el juego de futbol. Lo hicieron en la Zona del Río y el bulevar Agua Caliente.
Primero a la Glorieta de Lincoln. Lo buscaron en Diego Rivera número 2479, Zona Urbana Río Tijuana, 22010 Tijuana, Baja California.
De manera discreta, quien traía la información para identificar a Sánchez Arellano lo buscó entre los aficionados que atestiguaban la goliza de México a Croacia en La Cantina de Los Remedios. Nada. Fueron a otros locales de entretenimiento cercanos a ese lugar, pero nada de la presencia del narcotraficante.
Con la misma discreción, los del operativo se trasladaron a Paseo de los Héroes número 9551. Lo rastrearon en el bar Red Lion, también en Shots, en La Revancha, pero no estaba.
Guiados por la información estadounidense, los oficiales no perdieron el ánimo. Estaban seguros de que el Ingeniero saldría por la justa deportiva. Entonces se trasladaron a bares del Bulevar Agua Caliente, entre las colonias Revolución y Cacho, hasta llegar a Fundadores.
México había ganado 3 goles a 1 a la selección de Croacia. Ya los vehículos festejaban en caravana por Bulevar Agua Caliente y Paseo de los Héroes. Entonces les dieron la información: sin lugar a dudas el Ingeniero había sido visto festejando el triunfo en un vehículo que transitaba por Bulevar Agua Caliente.
Festejaban en una camioneta verde
A la altura de la Avenida Jalisco, el equipo que encabezaba los trabajos visualizó una Pathfinder color verde en circulación. El vehículo de modelo no reciente era manejado por Fernando Sánchez Arellano. En el asiento del copiloto una mujer, su esposa.
El equipo táctico siguió la unidad por varias cuadras; al llegar a la altura del Carl’s Jr. Fundadores, en la Zona Centro en Tijuana, el conductor de la camioneta, sin darse cuenta que lo vigilan —para entonces el líder del grupo de vigilancia ya lo había identificado—, entra al estacionamiento del restaurante de hamburguesas y después al drive-thru para comprar comida sin bajarse del auto.
Sus perseguidores entran detrás de él a una distancia prudente, Fernando Sánchez y su familia cambian de idea, se van de largo para acomodar el carro en uno de los estacionamientos frente a la zona de juegos, en un área escondida de las cámaras de vigilancia externa.
La mujer que lo acompaña baja del carro e ingresa a la hamburguesería aproximadamente a las cuatro de la tarde. Minutos después, el Ingeniero desciende de la camioneta y es abordado por sus captores; para entonces los otros cuatro equipos ya resguardan las calles aledañas.
Le piden documentos, identificándose como Fernando Canalles Villanueva. Los hombres que rodean al detenido aún no saben a quién tienen; quien encabeza el operativo le levanta la camisa verde marca Aeropostale y observa en el vientre del detenido las evidencias de dos cirugías.
Según los antecedentes, entre 2006 y 2008, en dos ocasiones le colocaron bypass gástrico; era obeso y debía bajar de peso. Por esas cirugías su cuello luce alargado y su cuerpo flácido, pero los hombros, brazos y piernas muestran músculos y prueban que en algún tiempo hizo mucho ejercicio.
“Eres tú”, dice quien encabezó la búsqueda y confirma. Se trata de Fernando Sánchez Arrellano el Ingeniero. El capo empieza a temblar al sentirse descubierto, el nerviosismo le dura poco, el resto de sus captores también están sorprendidos.
Al narcotraficante se le ve pálido, explica que la razón es que se la pasa encerrado, e insiste en negar su identidad, después de todo, la Procuraduría General de la República (PGR) tenía la documentación. Mostró la licencia de conducir 70695 otorgada el 9 de mayo de 1998, cuando Sánchez tenía 26 años, una tarjeta de Sam’s Club que lo acredita como socio desde 2004, y el pasaporte mexicano 1401371870, con vigencia de 1992 a 1998, con una foto de él a los 21 años.
En una segunda fase, el detenido decide pedir el apoyo de sus captores para que lo dejen ir, pero éstos les hacen ver que no tiene posibilidades.
Su mujer sale del restaurante, se pone agresiva —sin llegar a los golpes— y exige que liberen a su pareja, negando que sea un hombre buscado por las autoridades.
Pero ya no había vuelta. Un vehículo militar apareció en escena. La orden es identificar y detener al objetivo para que sea trasladado a la ciudad de México. Apartan a la mujer y suben a Fernando Sánchez Arellano al auto castrense.
En el traslado se le toma la foto que envían a México para su identificación, la misma que el martes 24 de junio presentó en conferencia de prensa el comisionado de Seguridad en el DF, Monte Alejandro Rubido.
Casa de seguridad, no de residencia
Antes de ingresarlo a las instalaciones militares, el Ingeniero llevó a sus captores a la casa ubicada en el número 100 de la calle Dolores del fraccionamiento La Mesa, también en Tijuana.
Dijo que era su domicilio, pero los uniformados sabían que mentía.
Aparte que no había señales de que alguien residiera de manera permanente en esa dirección, no había indicios de la presencia de menores. Ni siquiera tenía conectado el servicio de energía eléctrica.
Pero había una razón para que Sánchez Arellano llevara ahí a sus captores. Les ubicó una pared, y en ésta, un cajón de doble fondo donde había 100 mil dólares. La cantidad le fue decomisa.
No hubo tiempo de interrogarlo. Quienes participaron en el operativo con información de la DEA, solo tenían una consigna: detenerlo y enviarlo a la ciudad de México para ser presentado y declarado en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
La esposa del Ingeniero y su familia, no fue molestada. No se le detuvo ni en calidad de presentada. La camioneta Pathfinder SE se le dejó para su traslado adonde sea que se ubique la residencia donde sí vivía el detenido.
Sánchez Arellano estuvo resguardado en las instalaciones de la II Zona Militar que comanda el General Gabriel García Rincón, hasta pasadas las cuatro y media de la madrugada del siguiente día, martes 24 de junio, cuando abordó una avioneta que los trasladó a la ciudad de México y que arribó a la capital a las seis de la mañana. En el camino estaba tan tranquilo que se iba durmiendo.
El lunes 23 de junio fue detenido en Tijuana Fernando Sánchez Arellano, el heredero visible del CAF, en una operación armada con información de la DEA. Esta vez ofrecemos a nuestros lectores la crónica puntual y detallada de la detención, contada por las plumas del semanario tijuanense ZETA.
ZETA/ Investigaciones
Cuando tres agentes vestidos de civil rodearon a Fernando Sánchez Arellano el Ingeniero, él les dijo que era Fernando Canales Villanueva y que nada debía. Ante el silencio de los agentes que procedieron a detenerlo, cambió de táctica: “Está bien, son tres, podemos llegar a un arreglo”. Uno de los oficiales de Baja California le dijo en seco: “Compa, ya te agarraron; ya acéptalo”.
Entonces el sobrino de Benjamín y Ramón Arellano Félix, y hasta ese momento líder del Cártel Arellano Félix, dejó de oponer resistencia física o verbal. Lo habían detenido. Finalmente, después de doce años en la actividad delictiva, había caído.
Acusado de asesinar a policías municipales en la narcoguerra que se vivió en Tijuana entre 2007 y 2010, a Sánchez Arellano le seguían la pista desde hace un año.
El operativo para detenerlo inició hace meses en Estados Unidos. Al final, una vez ubicados sus pasos y controlados sus movimientos, investigadores de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) tomaron su información y solicitaron a corporaciones locales en Tijuana ejecutar el plan de aprehensión.
La revelación del trabajo de inteligencia de la DEA y el operativo coordinado de Tijuana, fue hecha a ZETA por miembros del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California.
En efecto, el último Arellano conocido en el hampa fue detenido por oficiales locales, custodiado y trasladado por elementos del Ejército Mexicano, con información y análisis de la DEA.
Al final del partido
Sánchez Arellano rompió su cerco de seguridad y lo ubicaron. El operativo para detenerlo el lunes 23 de junio de 2014, inició a las cinco de la mañana de ese día. Autoridades de Estados Unidos proveyeron la información a un reducido pero confiable grupo de policías locales. La información se manejó prácticamente en secreto. Ni el gobernador ni el alcalde sabían a quién iban a detener.
Los agentes encargados de aplicar la información obtenida en el mapa tijuanense coordinaron cinco grupos tácticos en igual número de zonas de la ciudad. En alguna de ellas estaría, o pasaría en tránsito, Sánchez Arellano.
La primera información fue que el traficante de 42 años, heredero del cártel de sus tíos, disfrutaría del juego donde la selección mexicana de futbol jugaría ante Croacia su pase a octavos de final dentro del Mundial Brasil 2014.
El capo estaría en un punto no especificado de la Zona Río en Tijuana, pero esa información no se compartió antes de la captura. Los cinco equipos de hombres en autos y atuendos de civil, sin chalecos ni armas largas, solo una pequeña pistola fajada a la espalda, fueron asignados al seguimiento. Tampoco los oficiales sabían a qué iban, y menos por quién. Fueron despojados de aparatos de comunicación particulares y recibían instrucciones de movimiento solo a través de los radios Matra.
Tres personas en Baja California conocían que el objetivo era el Ingeniero, y de ellas, solo una participó en el seguimiento de calle. Los equipos circularon por ocho horas entre la Zona Río, sus colindancias con la delegación La Mesa y la delegación Centro.
La búsqueda en bares
A las 13 horas empezó el partido mundialista y, 10 minutos después, la comunicación entre los uniformados se activó. Durante las siguientes dos horas que duró el juego, los equipos de captura se movilizaron constantemente; uno de los cinco grupos a la cabeza del operativo, los otros como respaldo y vigilancia. La secrecía con que se realizó la operación impidió que un ciudadano cualquiera lo alertara.
Vigilaron los movimientos en bares y restaurantes donde se proyectó el juego de futbol. Lo hicieron en la Zona del Río y el bulevar Agua Caliente.
Primero a la Glorieta de Lincoln. Lo buscaron en Diego Rivera número 2479, Zona Urbana Río Tijuana, 22010 Tijuana, Baja California.
De manera discreta, quien traía la información para identificar a Sánchez Arellano lo buscó entre los aficionados que atestiguaban la goliza de México a Croacia en La Cantina de Los Remedios. Nada. Fueron a otros locales de entretenimiento cercanos a ese lugar, pero nada de la presencia del narcotraficante.
Con la misma discreción, los del operativo se trasladaron a Paseo de los Héroes número 9551. Lo rastrearon en el bar Red Lion, también en Shots, en La Revancha, pero no estaba.
Guiados por la información estadounidense, los oficiales no perdieron el ánimo. Estaban seguros de que el Ingeniero saldría por la justa deportiva. Entonces se trasladaron a bares del Bulevar Agua Caliente, entre las colonias Revolución y Cacho, hasta llegar a Fundadores.
México había ganado 3 goles a 1 a la selección de Croacia. Ya los vehículos festejaban en caravana por Bulevar Agua Caliente y Paseo de los Héroes. Entonces les dieron la información: sin lugar a dudas el Ingeniero había sido visto festejando el triunfo en un vehículo que transitaba por Bulevar Agua Caliente.
Festejaban en una camioneta verde
A la altura de la Avenida Jalisco, el equipo que encabezaba los trabajos visualizó una Pathfinder color verde en circulación. El vehículo de modelo no reciente era manejado por Fernando Sánchez Arellano. En el asiento del copiloto una mujer, su esposa.
El equipo táctico siguió la unidad por varias cuadras; al llegar a la altura del Carl’s Jr. Fundadores, en la Zona Centro en Tijuana, el conductor de la camioneta, sin darse cuenta que lo vigilan —para entonces el líder del grupo de vigilancia ya lo había identificado—, entra al estacionamiento del restaurante de hamburguesas y después al drive-thru para comprar comida sin bajarse del auto.
Sus perseguidores entran detrás de él a una distancia prudente, Fernando Sánchez y su familia cambian de idea, se van de largo para acomodar el carro en uno de los estacionamientos frente a la zona de juegos, en un área escondida de las cámaras de vigilancia externa.
La mujer que lo acompaña baja del carro e ingresa a la hamburguesería aproximadamente a las cuatro de la tarde. Minutos después, el Ingeniero desciende de la camioneta y es abordado por sus captores; para entonces los otros cuatro equipos ya resguardan las calles aledañas.
Le piden documentos, identificándose como Fernando Canalles Villanueva. Los hombres que rodean al detenido aún no saben a quién tienen; quien encabeza el operativo le levanta la camisa verde marca Aeropostale y observa en el vientre del detenido las evidencias de dos cirugías.
Según los antecedentes, entre 2006 y 2008, en dos ocasiones le colocaron bypass gástrico; era obeso y debía bajar de peso. Por esas cirugías su cuello luce alargado y su cuerpo flácido, pero los hombros, brazos y piernas muestran músculos y prueban que en algún tiempo hizo mucho ejercicio.
“Eres tú”, dice quien encabezó la búsqueda y confirma. Se trata de Fernando Sánchez Arrellano el Ingeniero. El capo empieza a temblar al sentirse descubierto, el nerviosismo le dura poco, el resto de sus captores también están sorprendidos.
Al narcotraficante se le ve pálido, explica que la razón es que se la pasa encerrado, e insiste en negar su identidad, después de todo, la Procuraduría General de la República (PGR) tenía la documentación. Mostró la licencia de conducir 70695 otorgada el 9 de mayo de 1998, cuando Sánchez tenía 26 años, una tarjeta de Sam’s Club que lo acredita como socio desde 2004, y el pasaporte mexicano 1401371870, con vigencia de 1992 a 1998, con una foto de él a los 21 años.
En una segunda fase, el detenido decide pedir el apoyo de sus captores para que lo dejen ir, pero éstos les hacen ver que no tiene posibilidades.
Su mujer sale del restaurante, se pone agresiva —sin llegar a los golpes— y exige que liberen a su pareja, negando que sea un hombre buscado por las autoridades.
Pero ya no había vuelta. Un vehículo militar apareció en escena. La orden es identificar y detener al objetivo para que sea trasladado a la ciudad de México. Apartan a la mujer y suben a Fernando Sánchez Arellano al auto castrense.
En el traslado se le toma la foto que envían a México para su identificación, la misma que el martes 24 de junio presentó en conferencia de prensa el comisionado de Seguridad en el DF, Monte Alejandro Rubido.
Casa de seguridad, no de residencia
Antes de ingresarlo a las instalaciones militares, el Ingeniero llevó a sus captores a la casa ubicada en el número 100 de la calle Dolores del fraccionamiento La Mesa, también en Tijuana.
Dijo que era su domicilio, pero los uniformados sabían que mentía.
Aparte que no había señales de que alguien residiera de manera permanente en esa dirección, no había indicios de la presencia de menores. Ni siquiera tenía conectado el servicio de energía eléctrica.
Pero había una razón para que Sánchez Arellano llevara ahí a sus captores. Les ubicó una pared, y en ésta, un cajón de doble fondo donde había 100 mil dólares. La cantidad le fue decomisa.
No hubo tiempo de interrogarlo. Quienes participaron en el operativo con información de la DEA, solo tenían una consigna: detenerlo y enviarlo a la ciudad de México para ser presentado y declarado en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
La esposa del Ingeniero y su familia, no fue molestada. No se le detuvo ni en calidad de presentada. La camioneta Pathfinder SE se le dejó para su traslado adonde sea que se ubique la residencia donde sí vivía el detenido.
Sánchez Arellano estuvo resguardado en las instalaciones de la II Zona Militar que comanda el General Gabriel García Rincón, hasta pasadas las cuatro y media de la madrugada del siguiente día, martes 24 de junio, cuando abordó una avioneta que los trasladó a la ciudad de México y que arribó a la capital a las seis de la mañana. En el camino estaba tan tranquilo que se iba durmiendo.
Los Cabos. Un payaso mata a Francisco Arellano.
Los Cabos. Un payaso mata a Francisco Arellano.
Que a su tío lo mandó matar el Mayo
El hijo de María Alicia Arellano Félix se reconoció como sobrino de los Arellano Félix. También, que su tía es Enedina. Pero se negó hablar de cada uno de los miembros de su familia.
Ante sus custodios, confirmó que a su tío Rafael Arellano Félix lo mandó matar Ismael el Mayo Zambada por “rencillas personales”, el 18 de octubre de 2013 en Los Cabos, Baja California Sur, cuando Arellano festejaba sus 60 años de vida.
La familia tomó la ejecución del mayor de los hermanos, ordenada por José Rodrigo Aréchiga Gamboa el Chino Ántrax, como advertencia del Cártel de Sinaloa hacia la familia.
Lo que queda del CAF
Una vez en la SEIDO, Sánchez Arellano no opuso resistencia, lo interrogaron y habló sin problemas, reconoció la pugna y los asesinatos que conllevaron al enfrentamiento con Eduardo García Simental entre 2008 y 2010, pleito de sangre que no concluyó con la captura de el Teo.
Los muertos que actualmente se han presentado en Tijuana y Rosarito, explicó, son parte del mismo enfrentamiento, pero con distintos protagonistas.
Del lado del CAF y bajo sus órdenes, entre otros, estaban Benjamín Gutiérrez Quiroz el Quecho, hermano de Melvin Gutiérrez, detenido en marzo de 2013; Manuel Ivanovich Zambrano, liberado en febrero de 2014; Manuel Núñez López Don Balas, puesto en libertad en 2013; además del hijo de este último, Manuel Núñez, identificado como el Balitas.
Las autoridades suponen la posible adición de Javier Adrián Beltrán Cabrera el Javi, quien antes de traficar y pelearse con la célula de Los Uriarte, delinquió con el CAF y tiene contactos para el tráfico del lado americano.
De acuerdo a las áreas de inteligencia bajacaliforniana, a la lista de cómplices de Sánchez Arellano deben sumarse en labores criminales administrativas: José Mellado El Mesien, supuesto cuñado del Ingeniero; Luis Fernando Meza Gracia el Focu; Roberto Parnass, Édgar Ruiz el Chore y Esteban Nides.
Según las primeras declaraciones de uno de sus principales cabecillas de célula, Juan Sillas —capturado en noviembre de 2011—, están otros ocho grupos del CAF encabezados por Pelioni, el Mostro, el Kieto, Chikaka Zárate, Mario Montes de Oca, Iván el Turbo y el Bibi.
Como su contraparte criminal, Fernando Sánchez Arellano reconoció tres cabezas en los grupos que deseaban desarticular, hombres a los que querían matar:
* El Negro, operador que fingía fidelidad, pero también operaba para el grupo de Los Uriarte y pasaba información.
* Alfonso Lira el Atlante, por considerar que también lo traicionó.
* José Luis Mendoza Uriarte el Güero Chompas, quien desde la captura del Muletas en 2010, hizo mancuerna con su hermano y/o primo Francisco Javier Mendoza Uriarte el Chapito. En una primera etapa, el primero ejecutaba y el segundo ordenaba los asesinatos. Francisco Javier huyó a Sinaloa un tiempo para evitar ser capturado, y a su regreso se dio el segundo momento, cuando el Güero Chompas, que había tomado el mando, se negó a devolverlo.
Existen versiones no oficiales de que lo pelaron a balazos y de que el Chapito resultó con cicatrices de las balas en sus extremidades y Luis Mendoza quedó a cargo.
Según el ex procurador contra la Delincuencia Organizada, Abel Galván Gallardo, entre enero y junio de 2013, este hombre había sido responsable del 50 por ciento de los homicidios dolosos ocurridos en Tijuana y, como no lo han reaprehendido, sigue asesinando libremente.
Conforme a las áreas de inteligencia, los actuales cabecillas de células del Güero Chompas en pleito con el Ingeniero son: en delegación Sánchez Taboada, el Niño; en Los Pinos, el Gordo y Los Rojos; y en La Presa, el Pájaro, el Pichón y el más violento de todos: el Chapito Trejo.
Otros Uriarte integrados a la vida criminal son: el Lucas, el Flaco, el Moncho, Chuyón, el Tacua, Cabezón o Chiquil, quienes se han unido a otras familias que residen en la delegación Cerro Colorado, de apellidos Machado, Villaseñor, López, Ureña, Angulo, Zamora, Félix, Alvarado y Valdez.
Además de seguir peleando por algunos territorios de trasiego y venta de droga al menudeo que colindan con la franja fronteriza, la pugna es también por las ganancias que se generan por las extorsiones a comerciantes, secuestros, tráfico de personas, cobros de piso a tianguis y mercados fijos, y comerciantes ambulantes que venden fayuca, además de cobros a delincuentes menores, como tarjeteros.
Exhibido y “buscado”
En 2009, a través del acuerdo A/123/09, la PGR ofreció 30 millones de pesos por información que llevara a la captura de Fernando Sánchez Arellano. Sin embargo, según lo declarado por el comisionado de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, en la conferencia del 24 de junio de 2014, el Gobierno Federal sabía de su integración al CAF desde 2002.
Antes de eso, el único antecedente judicial público que acreditaba la presencia de el Ingeniero en el CAF, eran las declaraciones de líderes del cártel convertidos en testigos protegidos, vertidas entre 2008 y 2010, mayormente con la intención de procesar a policías y ministeriales corruptos.
Pedro Ignacio Zazueta el Pit declaró en calidad de testigo protegido: “… sin recordar la fecha exacta, al parecer fue en el año de dos mil cuatro (2004), Javier Arellano Félix me presenta a Fernando Arellano Félix y/o Fernando Eduardo Arellano Félix alias el Ingeniero y/o el Alineador y/o el Ajustador y/o Fernandillo, dicho plasmado en una averiguación previa que data de agosto de 2008.
Pero su nombre salió a la luz pública a partir de agosto de 2006, tras la captura de su tío Javier Arellano Félix el Tigrillo y Arturo Villarreal Heredia el Nalgón.
En febrero de 2010, Estados Unidos publicó la primera foto de Sánchez Arellano en un cartel de “se busca”. Estaba al centro como cabeza de una organización, y como sus lugartenientes, los ahora detenidos Armando Villarreal, Isaac Godoy, Eduardo García Simental, Raydel López Uriarte, Jose Filiberto Parra y Melvin Gutiérrez Quiroz.
También el recién liberado Manuel, Ivanovich, y los aún libres y sin cargos, Raymundo Corona Bartolomé y Fernando Ávila Valenzuela.
Sin embargo, la fiscalía californiana reconoce que en ese momento no tenían ni orden de aprehensión, ni un caso abierto en contra del capo.
Los delitos del Ingeniero
En conferencia de prensa, Monte Alejandro Rubido aseguró que existen “diversas averiguaciones previas en su contra”, y esa era la razón de que la PGR ofreciera la recompensa de 30 millones de pesos. También aseguró que “… elementos de la Secretaría de la Defensa nacional y de la PGR, lograron ejecutar una orden de aprehensión en su contra…”.
En su visita a Baja California para atestiguar la aprobación de 578 custodios de la Secretaría de Seguridad Pública que titula Daniel de la Rosa Anaya, como Policía Acreditable, Rubido dijo que sobre el Ingeniero pesan dos órdenes de aprehensión concedidas por jueces federales, a petición de la PGR.
Las investigaciones de origen de esas órdenes, se supone están radicadas en la SEIDO.
En Baja California sí existe una orden de aprehensión contra Fernando Sánchez Arellano. Está en la delegación de la PGR, y data del 14 de octubre de 2009, proceso 294, número de control 19278, y es del Ministerio Público federal.
Esto es dentro de la causa penal 103/2010, que también incluye a Eduardo Teodoro García Simental y otros criminales dentro de la averiguación previa AP/PGR/TIJ/122/09-M-XII, por su probable responsabilidad en los delitos de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, secuestro y fomento, posesión de droga con fines de venta.
Como ZETA lo publicó en octubre de 2010, algunos señalamientos y acusaciones en contra de Sánchez Arellano están contenidos en las averiguaciones en contra de policías de Tijuana y Rosarito —causa penal 37/2010-VII— que fueron detenidos, y en su mayoría liberados dentro de las averiguaciones previas.
Quienes declaran contra Sánchez son: Luis Ernesto Ramírez Vázquez el Güero Camarón, Rubén Ríos Estrada y/o Pedro Ignacio Zazueta y/o Ignacio Lorenzo Zazueta, Marcos Assemat Hernández, y Luis Gilberto Sánchez Guerrero.
También dentro de las averiguaciones previas AP/PGR/BC/TIJ/2022/06-MVIII; PGR/SIEDO/UEIDCS/143/2007; PGR/SIEDO/UEIDCS/217/2008; PGR/SIEDO/UEIDCS/521/2009; PGR/SIEDO/UEIDCS/342/2009; y PGR/SIEDO/UEIDCS/135/2010.
Asimismo, en los oficios del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia C1/C4/ZP/11820/08 y C1/C4/ZP/11822/08; la averiguación previa número 54/04/201, del 15 de marzo de 2004, por el delito de homicidio; y la causa penal 92/2009-II en contra de Teodoro García Simental.
En los expedientes contra policías corruptos, los sicarios con nombres de testigos protegidos declaran que eran miembros del CAF, que Fernando Sánchez era su jefe, quien les ordenó matar a determinados enemigos criminales, y que tenía controlada la Procuraduría, donde “… mandaba detener la investigación o darla por concluida, por falta de evidencias…”.
El Consejo Estatal de Seguridad de Baja California, lo ubica también como el principal responsable de los asesinatos de policías entre 2008 y 2010.
En el mencionado expediente, los criminales aseguran que el Ingeniero ordenó, en nombre de sus tíos, los homicidios de uniformados en el restaurante Mi Chante, en septiembre de 2006; en julio de 2007, matar a Alberto Navarrete y Urbina López, policías estatales preventivos; y la incursión de hombres armados en el Hospital General de Tijuana el 18 de abril de 2007; así como el asesinato del agente Eduardo Reyes, en la Unidad Mixta de Atención a Narcomenudeo ubicada en el fraccionamiento 70-76, el 3 de mayo de 2006.
La actividad delictiva de Sánchez Arellano también está consignada en la causa penal 53/2009, que se sigue en contra de diez sicarios detenidos en marzo de 2009, pertenecientes a la célula de uno de sus lugartenientes, Juan Sillas Rocha.
En la Corte del Sur de California, el capo está incluido dentro del caso 10CR3044-WQH, fechado en enero de 2010 como el líder de la célula acusada de conspiración para traficar droga, para distribuir sustancias controladas en Estados Unidos. Sin embargo, no se ha hecho público si solicitarán su extradición.
La DEA lo buscó. La DEA lo entregó.
La DEA lo buscó. La DEA lo entregó.
Sin rastros en la PGJE; una orden de aprehensión en la PGR
La fiscalía estatal que estuvo bajo la administración del ex procurador Rommel Moreno Manjarrez (2006-2013), se comprometió públicamente a judicializar al Ingeniero por delitos del fuero común.
Mencionó que tenía avances en cuatro expedientes por secuestro: uno del 4 de enero de 2010, la víctima, un hombre de apellido Guadalupe; el secuestro —14 de febrero de 2010— de otro individuo de apellido Rosales, ejecutados por células de Sillas Rocha, detenidos el 2 de septiembre de 2010, quienes confesaron delinquir desde 2007.
El mismo grupo secuestró y liberó a Diana López (hermana de Raydel López Uriarte el Muletas) y asesinó a su novio, Tomás Alberto Rosales Cruz. También presumían su implicación en el homicidio del policía municipal José Luis Torrijos.
Sin embargo, Moreno Manjarrez concluyó su gestión y no se consignó ninguno de los expedientes ni cargos en contra de Fernando Sánchez Arellano.
Recientemente, la fiscal Perla Ibarra declaró que no había ninguna orden de captura contra el Ingeniero en su Procuraduría.
Donde sí existe una es en la delegación de la PGR en Baja California. Orden de aprehensión girada el 14 de octubre de 2009, “vista la causa penal 294/2009, de la cual se desprende la solicitud de libramiento de orden de aprehensión solicitada por el Agente del Ministerio Público de la Federación, titular de la Mesa IX de Averiguaciones Previas de esta ciudad (Tijuana), contra Fernando Sánchez Arellano alias el Ingeniero, Teodoro García Simental alias el Teo, y Armando Villarreal Heredia alias el Gordo Villarreal, como probables responsables de la comisión de los delitos de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada…”.
Los Cabos. Un payaso mata a Francisco Arellano.
Que a su tío lo mandó matar el Mayo
El hijo de María Alicia Arellano Félix se reconoció como sobrino de los Arellano Félix. También, que su tía es Enedina. Pero se negó hablar de cada uno de los miembros de su familia.
Ante sus custodios, confirmó que a su tío Rafael Arellano Félix lo mandó matar Ismael el Mayo Zambada por “rencillas personales”, el 18 de octubre de 2013 en Los Cabos, Baja California Sur, cuando Arellano festejaba sus 60 años de vida.
La familia tomó la ejecución del mayor de los hermanos, ordenada por José Rodrigo Aréchiga Gamboa el Chino Ántrax, como advertencia del Cártel de Sinaloa hacia la familia.
Lo que queda del CAF
Una vez en la SEIDO, Sánchez Arellano no opuso resistencia, lo interrogaron y habló sin problemas, reconoció la pugna y los asesinatos que conllevaron al enfrentamiento con Eduardo García Simental entre 2008 y 2010, pleito de sangre que no concluyó con la captura de el Teo.
Los muertos que actualmente se han presentado en Tijuana y Rosarito, explicó, son parte del mismo enfrentamiento, pero con distintos protagonistas.
Del lado del CAF y bajo sus órdenes, entre otros, estaban Benjamín Gutiérrez Quiroz el Quecho, hermano de Melvin Gutiérrez, detenido en marzo de 2013; Manuel Ivanovich Zambrano, liberado en febrero de 2014; Manuel Núñez López Don Balas, puesto en libertad en 2013; además del hijo de este último, Manuel Núñez, identificado como el Balitas.
Las autoridades suponen la posible adición de Javier Adrián Beltrán Cabrera el Javi, quien antes de traficar y pelearse con la célula de Los Uriarte, delinquió con el CAF y tiene contactos para el tráfico del lado americano.
De acuerdo a las áreas de inteligencia bajacaliforniana, a la lista de cómplices de Sánchez Arellano deben sumarse en labores criminales administrativas: José Mellado El Mesien, supuesto cuñado del Ingeniero; Luis Fernando Meza Gracia el Focu; Roberto Parnass, Édgar Ruiz el Chore y Esteban Nides.
Según las primeras declaraciones de uno de sus principales cabecillas de célula, Juan Sillas —capturado en noviembre de 2011—, están otros ocho grupos del CAF encabezados por Pelioni, el Mostro, el Kieto, Chikaka Zárate, Mario Montes de Oca, Iván el Turbo y el Bibi.
Como su contraparte criminal, Fernando Sánchez Arellano reconoció tres cabezas en los grupos que deseaban desarticular, hombres a los que querían matar:
* El Negro, operador que fingía fidelidad, pero también operaba para el grupo de Los Uriarte y pasaba información.
* Alfonso Lira el Atlante, por considerar que también lo traicionó.
* José Luis Mendoza Uriarte el Güero Chompas, quien desde la captura del Muletas en 2010, hizo mancuerna con su hermano y/o primo Francisco Javier Mendoza Uriarte el Chapito. En una primera etapa, el primero ejecutaba y el segundo ordenaba los asesinatos. Francisco Javier huyó a Sinaloa un tiempo para evitar ser capturado, y a su regreso se dio el segundo momento, cuando el Güero Chompas, que había tomado el mando, se negó a devolverlo.
Existen versiones no oficiales de que lo pelaron a balazos y de que el Chapito resultó con cicatrices de las balas en sus extremidades y Luis Mendoza quedó a cargo.
Según el ex procurador contra la Delincuencia Organizada, Abel Galván Gallardo, entre enero y junio de 2013, este hombre había sido responsable del 50 por ciento de los homicidios dolosos ocurridos en Tijuana y, como no lo han reaprehendido, sigue asesinando libremente.
Conforme a las áreas de inteligencia, los actuales cabecillas de células del Güero Chompas en pleito con el Ingeniero son: en delegación Sánchez Taboada, el Niño; en Los Pinos, el Gordo y Los Rojos; y en La Presa, el Pájaro, el Pichón y el más violento de todos: el Chapito Trejo.
Otros Uriarte integrados a la vida criminal son: el Lucas, el Flaco, el Moncho, Chuyón, el Tacua, Cabezón o Chiquil, quienes se han unido a otras familias que residen en la delegación Cerro Colorado, de apellidos Machado, Villaseñor, López, Ureña, Angulo, Zamora, Félix, Alvarado y Valdez.
Además de seguir peleando por algunos territorios de trasiego y venta de droga al menudeo que colindan con la franja fronteriza, la pugna es también por las ganancias que se generan por las extorsiones a comerciantes, secuestros, tráfico de personas, cobros de piso a tianguis y mercados fijos, y comerciantes ambulantes que venden fayuca, además de cobros a delincuentes menores, como tarjeteros.
Exhibido y “buscado”
En 2009, a través del acuerdo A/123/09, la PGR ofreció 30 millones de pesos por información que llevara a la captura de Fernando Sánchez Arellano. Sin embargo, según lo declarado por el comisionado de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, en la conferencia del 24 de junio de 2014, el Gobierno Federal sabía de su integración al CAF desde 2002.
Antes de eso, el único antecedente judicial público que acreditaba la presencia de el Ingeniero en el CAF, eran las declaraciones de líderes del cártel convertidos en testigos protegidos, vertidas entre 2008 y 2010, mayormente con la intención de procesar a policías y ministeriales corruptos.
Pedro Ignacio Zazueta el Pit declaró en calidad de testigo protegido: “… sin recordar la fecha exacta, al parecer fue en el año de dos mil cuatro (2004), Javier Arellano Félix me presenta a Fernando Arellano Félix y/o Fernando Eduardo Arellano Félix alias el Ingeniero y/o el Alineador y/o el Ajustador y/o Fernandillo, dicho plasmado en una averiguación previa que data de agosto de 2008.
Pero su nombre salió a la luz pública a partir de agosto de 2006, tras la captura de su tío Javier Arellano Félix el Tigrillo y Arturo Villarreal Heredia el Nalgón.
En febrero de 2010, Estados Unidos publicó la primera foto de Sánchez Arellano en un cartel de “se busca”. Estaba al centro como cabeza de una organización, y como sus lugartenientes, los ahora detenidos Armando Villarreal, Isaac Godoy, Eduardo García Simental, Raydel López Uriarte, Jose Filiberto Parra y Melvin Gutiérrez Quiroz.
También el recién liberado Manuel, Ivanovich, y los aún libres y sin cargos, Raymundo Corona Bartolomé y Fernando Ávila Valenzuela.
Sin embargo, la fiscalía californiana reconoce que en ese momento no tenían ni orden de aprehensión, ni un caso abierto en contra del capo.
Los delitos del Ingeniero
En conferencia de prensa, Monte Alejandro Rubido aseguró que existen “diversas averiguaciones previas en su contra”, y esa era la razón de que la PGR ofreciera la recompensa de 30 millones de pesos. También aseguró que “… elementos de la Secretaría de la Defensa nacional y de la PGR, lograron ejecutar una orden de aprehensión en su contra…”.
En su visita a Baja California para atestiguar la aprobación de 578 custodios de la Secretaría de Seguridad Pública que titula Daniel de la Rosa Anaya, como Policía Acreditable, Rubido dijo que sobre el Ingeniero pesan dos órdenes de aprehensión concedidas por jueces federales, a petición de la PGR.
Las investigaciones de origen de esas órdenes, se supone están radicadas en la SEIDO.
En Baja California sí existe una orden de aprehensión contra Fernando Sánchez Arellano. Está en la delegación de la PGR, y data del 14 de octubre de 2009, proceso 294, número de control 19278, y es del Ministerio Público federal.
Esto es dentro de la causa penal 103/2010, que también incluye a Eduardo Teodoro García Simental y otros criminales dentro de la averiguación previa AP/PGR/TIJ/122/09-M-XII, por su probable responsabilidad en los delitos de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, secuestro y fomento, posesión de droga con fines de venta.
Como ZETA lo publicó en octubre de 2010, algunos señalamientos y acusaciones en contra de Sánchez Arellano están contenidos en las averiguaciones en contra de policías de Tijuana y Rosarito —causa penal 37/2010-VII— que fueron detenidos, y en su mayoría liberados dentro de las averiguaciones previas.
Quienes declaran contra Sánchez son: Luis Ernesto Ramírez Vázquez el Güero Camarón, Rubén Ríos Estrada y/o Pedro Ignacio Zazueta y/o Ignacio Lorenzo Zazueta, Marcos Assemat Hernández, y Luis Gilberto Sánchez Guerrero.
También dentro de las averiguaciones previas AP/PGR/BC/TIJ/2022/06-MVIII; PGR/SIEDO/UEIDCS/143/2007; PGR/SIEDO/UEIDCS/217/2008; PGR/SIEDO/UEIDCS/521/2009; PGR/SIEDO/UEIDCS/342/2009; y PGR/SIEDO/UEIDCS/135/2010.
Asimismo, en los oficios del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia C1/C4/ZP/11820/08 y C1/C4/ZP/11822/08; la averiguación previa número 54/04/201, del 15 de marzo de 2004, por el delito de homicidio; y la causa penal 92/2009-II en contra de Teodoro García Simental.
En los expedientes contra policías corruptos, los sicarios con nombres de testigos protegidos declaran que eran miembros del CAF, que Fernando Sánchez era su jefe, quien les ordenó matar a determinados enemigos criminales, y que tenía controlada la Procuraduría, donde “… mandaba detener la investigación o darla por concluida, por falta de evidencias…”.
El Consejo Estatal de Seguridad de Baja California, lo ubica también como el principal responsable de los asesinatos de policías entre 2008 y 2010.
En el mencionado expediente, los criminales aseguran que el Ingeniero ordenó, en nombre de sus tíos, los homicidios de uniformados en el restaurante Mi Chante, en septiembre de 2006; en julio de 2007, matar a Alberto Navarrete y Urbina López, policías estatales preventivos; y la incursión de hombres armados en el Hospital General de Tijuana el 18 de abril de 2007; así como el asesinato del agente Eduardo Reyes, en la Unidad Mixta de Atención a Narcomenudeo ubicada en el fraccionamiento 70-76, el 3 de mayo de 2006.
La actividad delictiva de Sánchez Arellano también está consignada en la causa penal 53/2009, que se sigue en contra de diez sicarios detenidos en marzo de 2009, pertenecientes a la célula de uno de sus lugartenientes, Juan Sillas Rocha.
En la Corte del Sur de California, el capo está incluido dentro del caso 10CR3044-WQH, fechado en enero de 2010 como el líder de la célula acusada de conspiración para traficar droga, para distribuir sustancias controladas en Estados Unidos. Sin embargo, no se ha hecho público si solicitarán su extradición.
La DEA lo buscó. La DEA lo entregó.
La DEA lo buscó. La DEA lo entregó.
Sin rastros en la PGJE; una orden de aprehensión en la PGR
La fiscalía estatal que estuvo bajo la administración del ex procurador Rommel Moreno Manjarrez (2006-2013), se comprometió públicamente a judicializar al Ingeniero por delitos del fuero común.
Mencionó que tenía avances en cuatro expedientes por secuestro: uno del 4 de enero de 2010, la víctima, un hombre de apellido Guadalupe; el secuestro —14 de febrero de 2010— de otro individuo de apellido Rosales, ejecutados por células de Sillas Rocha, detenidos el 2 de septiembre de 2010, quienes confesaron delinquir desde 2007.
El mismo grupo secuestró y liberó a Diana López (hermana de Raydel López Uriarte el Muletas) y asesinó a su novio, Tomás Alberto Rosales Cruz. También presumían su implicación en el homicidio del policía municipal José Luis Torrijos.
Sin embargo, Moreno Manjarrez concluyó su gestión y no se consignó ninguno de los expedientes ni cargos en contra de Fernando Sánchez Arellano.
Recientemente, la fiscal Perla Ibarra declaró que no había ninguna orden de captura contra el Ingeniero en su Procuraduría.
Donde sí existe una es en la delegación de la PGR en Baja California. Orden de aprehensión girada el 14 de octubre de 2009, “vista la causa penal 294/2009, de la cual se desprende la solicitud de libramiento de orden de aprehensión solicitada por el Agente del Ministerio Público de la Federación, titular de la Mesa IX de Averiguaciones Previas de esta ciudad (Tijuana), contra Fernando Sánchez Arellano alias el Ingeniero, Teodoro García Simental alias el Teo, y Armando Villarreal Heredia alias el Gordo Villarreal, como probables responsables de la comisión de los delitos de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada…”.
Únicamente faltaba detener al Ingeniero.
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