Río Doce.- Carencias en las escuelas, ausentismo, ‘aviadores’ e indolencia gubernamental dibujan un panorama desolador en los planteles de educación básica en el estado
Vladimir, Santa, Joel, Luis y Diego corren por el patio de la escuela jugando a los encantados, mientras a sus pies, la tierra forma pequeños remolinos de polvo.
A lo lejos, Ángel y Brian “construyen” una casita con bloques de concreto y pedazos de cartón y lámina.
Lo dicen a coro, entusiastas y sinceros: a los alumnos de cuarto grado les encanta su escuela. Han crecido junto con ella. Llegaron ahí cuando la única regla era no alejarse mucho porque les podía picar un alacrán o morder una víbora.
Santa presume que su papá clavó láminas de cartón y montó salones enteros él solito, pero la interrumpen los niños para asegurar que también otros papás ayudaron.
La escuela Bicentenario, ubicada en la cima de un cerro, en la colonia que lleva el mismo nombre, por los rumbos del basurón, nació con tres aulas de lámina, con pizarrones prestados y 70 alumnos de diferentes edades que ni siquiera tenían donde sentarse.
La lucha por mejorar
La maestra Laura Zatarain observa el salón que hoy se utiliza como comedor y recuerda que aquel fue el primero donde se impartieron clases. Cuatro años después, las láminas y la madera con las que está construido continúan de pie.
De una dependencia a otra, de puerta en puerta, gestionando recursos, suplicando apoyos, las maestras de la primaria Bicentenario han conseguido que se construyan seis salones y el área para los baños.
En la primaria de tiempo completo, a donde hoy asisten 190 niños, no existen las computadoras y tampoco hay acceso a Internet. Hacen falta maestros de educación física, artística e inglés.
A pesar de tener a sesenta alumnos considerados con necesidades especiales y rezago educativo, en la Bicentenario no hay una Unidad de apoyo y tampoco maestros especializados en el área. La techumbre es la infraestructura más anhelada.
Radiografía educativa
Escuelas con mínimas condiciones de seguridad, sin servicio de drenaje, con poco acceso a tecnologías de la información, sin instalaciones para personas con discapacidad, pero con más de 12 mil servidores públicos que no están presentes en sus centros de trabajo, es la radiografía del sistema educativo en Sinaloa, revelada por el Censo de escuelas, Maestros y alumnos (CEMABE), realizado en preescolares, primarias, secundarias y Centros de atención Múltiple de la entidad.
Si bien en un balance general, Sinaloa obtiene un nivel de rezago social bajo, la infraestructura de sus centros educativos públicos registra carencias preocupantes que contrastan con la revisión de su personal, ya que además se detectaron a 2 mil 561 trabajadores a los que ni siquiera conocen en las áreas donde están registrados.
De acuerdo con el Plan estatal de Desarrollo 2011- 2016, mejorar la infraestructura de la educación básica en los rubros de construcción, rehabilitación y equipamiento, es una de las metas que se planteó el gobierno de Mario López Valdez.
Sin embargo, el atlas educativo, realizado en todo el país por el Instituto nacional de estadística y geografía (INEGI), en coordinación con la Secretaría de educación Pública, arroja cifras que ubican a las escuelas sinaloenses por debajo de la media nacional en cuanto a servicios básicos como agua, luz, drenaje y electricidad; acceso a tecnologías de la información, mobiliario educativo y medidas de protección civil, entre otros aspectos.
FRANCISCO FRÍAS. Cifras demoledoras.
FRANCISCO FRÍAS. Cifras demoledoras.
Carencias olvidadas
De las seis mil escuelas que fueron censadas en Sinaloa, existen mil 109 planteles donde hacen falta sillas para los alumnos; en mil 353 escuelas el profesor no cuenta con un escritorio y en mil 629 escuelas, el docente tampoco tiene una silla.
Los pisos de tierra, las paredes de lámina o cartón y los techos de palma, aún son una realidad en la infraestructura educativa sinaloense.
En el estado hay 91 recintos educativos con pisos de tierra y mil 567 escuelas con pisos de madera; en 77 escuelas las paredes de los salones son de adobe; en 44 son de lámina o cartón y en 26 de madera.
Un 41 por ciento no tiene servicio de drenaje.
Evidencia de la misma problemática, el Instituto Sinaloense de la Infraestructura Física educativa (ISIFE), responsable de operar los recursos para el equipamiento, rehabilitación y mantenimiento de las instalaciones educativas, presentó una reducción en su presupuesto en los ejercicios de 2012 y 2013.
De acuerdo con la programación presupuestal del ISIFe, pública en el portal de transparencia de gobierno del estado, en el 2012 el Instituto contaba con 17 millones 682 mil pesos, pero en el 2013, el recurso disponible para equipar a las escuelas bajó a 15 millones 229 mil pesos.
La profesora de quinto grado, Laura Zataráin, explica que los recursos para mejorar a la Bicentenario se han buscado a través de diferentes dependencias.
Con el gobierno municipal de Culiacán concursaron en un programa para obtener la techumbre; ya participaron en varias ocasiones pero hasta el momento, no han logrado el beneficio.
Con la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) se buscan los maestros, la construcción de la biblioteca, el aula de medios y su equipamiento, pero para ninguno de los casos se han conseguido los recursos.
“Ha sido muy difícil, son muchas gestiones, se tiene que buscar mucho el apoyo por parte de las autoridades y no sólo es buscar, hay que insistir, insistir y explicar lo que se necesita. nunca nos han dicho que no se puede, o que no nos van a ayudar, pero si es estar insistiendo porque como que sí se les olvida”, explica la docente.
Otra de las deficiencias marcadas por el CEMABE es la falta de disponibilidad en las escuelas para personas con discapacidad.
Sólo tres de cada diez escuelas tienen rampas y sanitarios amplios y con agarraderas, lo que significa que más del 70 por ciento de las escuelas públicas no cuentan con la infraestructura básica para la inclusión de personas con capacidades diferentes.
“Equipar con aulas de medios y conectividad a cuatro mil centros escolares de educación básica” es otra de las metas trazadas por el gobierno de Malova en su Plan Estatal de Desarrollo.
Pero con base en la realidad constatada por el CEMABE, más de cuatro mil escuelas en el estado no tienen acceso a Internet y tres mil centros escolares no cuentan con equipos de cómputo. Sólo el 33 por ciento de las escuelas públicas en Sinaloa disponen de tecnologías de la información.
En la Bicentenario, una escuela primaria de la capital del estado, donde sus alumnos visten uniformes gratuitos proporcionados por el gobierno de López Valdez, se palpan las cifras de la estadística educativa.
Aviadores de la educación
Y mientras en las escuelas urge una infraestructura de calidad, poco más de la tercera parte del personal que conforma la SEPyC en el estado no labora en el centro de trabajo donde oficialmente está registrado.
El CEMABE señala que en Sinaloa hay 56 mil 837 servidores públicos que se desempeñan en diferentes áreas del sector educativo pero al realizar el censo se detectaron a 12 mil 28 personas que perciben un salario por una labor que en realidad no están haciendo.
La ausencia del personal se clasificó en cuatro categorías: trabaja en otro centro de trabajo; está ausente por licencia o comisión; renuncia, jubilación, pensión o fallecimiento, o no lo conocen.
En la nómina de la SePyC hay 2 mil 561 trabajadores a quienes ni siquiera conocen en las áreas donde están asignados; 3 mil 350 trabajadores en “activo” ya han re- nunciado, fallecieron, están jubilados o pensionados; 4 mil 689 están registrados en una área pero trabajan en otra y 1 mil 428 tienen licencia o comisión.
El Censo de Escuelas, Maestros y alumnos de Educación Básica se llevó a cabo de septiembre a noviembre de 2013 y los resultados finales se presentaron el pasado 1 de abril.
De acuerdo con el portal web de la SEP, donde la estadística es de acceso público, el CEMABE tiene como objetivo detectar la operatividad del sector educativo en cada una de las entidades para posteriormente, elevar su calidad.
LAS CIFRAS DEL DESASTRE
6 mil 200 escuelas existen en sinaloa.
4 mil escuelas no tienen acceso a internet, ni computadoras.
1 mil 109 planteles tienen déficit de sillas para los alumnos.
671 escuelas públicas están construidas con materiales ligeros y precarios.
70 % de las escuelas en el estado no cuentan con la infraestructura para personas con capacidades diferentes.
EN LA SEPYC HAY 56 MIL 837 TRABAJADORES
2 mil 028 empleados no están en su área de trabaJo.
2 mil 561 trabaJadores no los conocen en el área donde están registrados.
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