Aguascalientes rumbo al caos económico, ecológico y social con Nissan II

Ajo Blanco: Cuauhtémoc Villegas Durán

Una gran inversión no justifica las desviaciones de dinero que obviamente el gobierno estatal por órdenes de Carlos Lozano haya invertido 4200 millones del gobierno estatal y de la federación sin que aparentemente tengan un origen por los menos legal.

El congreso del estado de Aguascalientes autorizó únicamente 1713 millones por lo que no se entiende como al final de cuentas de gastaron 5904 millones, prácticamente la mitad del presupuesto anual para el estado.

Por las calles de Aguascalientes polulan los pepenadores que no son otra cosa que personas sin empleo que viven de la basura de los contenedores. De allí comen la comida que encuentra tirada o que la gente les deja en buen o mal estado por encima del contenedor, además reciclan y venden materiales.

Las cifras hasta el año pasado ubicaban en alrededor de 10 mil el número de pepenadores lo que representa el 1% de la población de Aguascalientes y son más de tres veces el número de empleos directos que generará Nissan II: 3000.

Hoy, Nissan quiere la basura para producir energía y no cómprarsela a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Seguramente también buscarán ser los proveedores de los ciudadanos y pasará lo que sucede con la primer ciudad que privatizó el agua: dobles pagos, pagos inflados, pagos por aire en vez de agua y todo para una empresa francesa mientras que los gastos por reparaciones de tuberías y demás los paga el ciudadano a través del ayuntamiento.

Por si fuera poco se habla en el estudio de impacto económico que la población aumentará por las migraciones de persona que se vendrán al estado para satisfacer la demanda de la manufactureras que proveerán a Nissan.

Eso sucedió con Ciudad Juárez en los 80s y es el origen de una de la ciudades más violentas del mundo: camiones de personas de todo el país llegaron a cubrir las miles de vacantes que había en las fábricas, se les otorgaron crédito a para viviendas y ante las crisis terminaron renunciando y perdiendo sus casas.

Las más aplicadas, las mujeres, dejaron a sus niños al amparo de la urbe y miles de ellos han pasado a mejor vida por que fueron absorbidos por el narco, los polleros, los burdeles, las fábricas de manufactura de las grandes transnacionales que finalmente pasaron a China, Singapur, Taiwan, Vietnam y otros países de oriente, luego de haber sumergido a Juárez en la contaminación y en la ciudad más violenta del mundo…