Refugiado durante tres meses bajo la sombra de Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, después de que el Ejército pidió su salida de Mazatlán debido a que policías a su mando mataron a dos militares, Jesús Alejandro García Medrano llegó a la cuna de los Carrillo Fuentes y lo primero que generó fue el temor a que se reavive la guerra entre los bandos confrontados del cártel de Sinaloa.
Identificado como gente de Chuytoño, el superpolicía del gobernador Mario López Valdez, el recién designado jefe del Mando Único en Navolato rompió la estabilidad que se había logrado desde enero de 2012 cuando el Gobierno estatal disolvió la Policía Municipal y la Estatal Preventiva asumió el control de la seguridad pública en el municipio.
“Al menos la confianza sufrió un revés”, reclaman los dirigentes de sectores productivos al exigir que no se trate de un movimiento que beneficie a un grupo criminal y perjudique a otro porque ello desataría la guerra entre células delictivas que diezmó a Navolato durante años.
Cuestionan que el objetivo principal de establecer el Mando Único, consistente en “ampliar la capacidad del Estado para combatir los grupos delictivos y solo así brindar la seguridad pública en la medida que la sociedad reclama y merece”, podría verse afectado si García Medrano pone por encima intereses personales o de terceros.
El cambio de Mando Único sorprendió a las autoridades y sectores sociales. Bajo el mando de Juan Diego Macías Castro la incidencia delictiva bajo más 50 por ciento en ilícitos como robos, asaltos, homicidios y secuestros, al grado de convertir a Navolato en uno de los municipios más seguros de México, según lo estableció la Secretaría Federal de Seguridad Pública en diciembre de 2012.
Sin embargo, con García Medrano volvió la zozobra. Tanto en la sindicatura La Palma, donde en 2011 los mismos habitantes impusieron una especie de toque de queda por la presencia constante de sicarios de diferentes bandos del narcotráfico, como en Altata, que implementó un programa de rescate al ver en peligro su principal actividad económica debido a la inseguridad, el miedo apenas superado volvió a asomar un rostro de sobra conocido.
“¿Por qué cambian a un hombre que dio resultados, que recibió reconocimientos por el trabajo realizado, para poner a otro que viene de otro municipio turístico y que no pudo con el problema de la inseguridad allá?”, cuestiona un líder de restauranteros.
El malo por el bueno
Cuando en enero de 2012 recibió la encomienda de pacificar Navolato, Juan Diego Macías Castro preguntó qué tenía que hacer allá. El entonces secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Estado, Francisco Manuel Córdova Celaya, le advirtió que tendría a su cargo “una tarea muy dura y prolongada”.
“Primero, proteger a la gente; segundo, combatir a la delincuencia sin distingos y, tercero, respetar los derechos de la gente”, le encargó Córdova Celaya.
Los navolatenses dicen que lo estaba haciendo bien. A diferencia del periodo 2008-2011, en que el crimen arrasó con instituciones y sumió en el horror a la población, en el primer semestre de 2012 las estadísticas delictivas comenzaron a ceder. De hechos de alto impacto como el atentado contra el entonces alcalde, Jesús Fernando García Hernández, ocurrido el 5 de noviembre de 2011, y la toma de comunidades por comandos, se llegó a una situación de “violencia manejable”, según lo resume el presidente municipal Evelio Plata.
Pero en forma imprevista, Macías Castro fue relevado en el Mando Único que Navolato ya tenía desde hace 18 meses, al convertirse en el primer municipio en asumir este esquema de coordinación. El pasado 19 de junio Jesús Alejandro García Medrano reapareció en la escena policiaca, tras un breve destierro de Mazatlán de donde salió tras la muerte de dos soldados atribuida a policías municipales del puerto.
Elementos de la Policía Estatal Preventiva comisionados para la vigilancia y operativos en Navolato afirman que desde inicios de 2013, en las reuniones del Gabinete Estatal de Seguridad Pública, se habían deslizado versiones, proveniente de la Ministerial del Estado, que ponían en duda la efectividad de Macías Castro e incluso lo señalaban de proteger a un bando criminal.
“Obviamente que se trataba de una estrategia para desacreditar a Macías Castro porque él no es gente de Aguilar Íñiguez y fue enviado a Navolato al tener toda la confianza de Córdova Celaya, quien le dio el cargo. Y Chuytoño necesita a alguien que sea de su grupo en una zona tan importante”, revela una fuente.
En el centro de una pugna criminal, al ser el lugar de origen de los Carrillo Fuentes que es el grupo antagónico al cártel de Sinaloa que lideran Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada Carrillo, el cambio de jefatura del Mando Único en Navolato desató no solo rumores sino que reactivó el miedo a que ambos bandos reanuden aquí la guerra que han librado durante años.
Territorio Chuytoño
Jesús Antonio Aguilar Íñiguez atestiguó la toma de protesta de Jesús Alejandro García Medrano al frente del Mando Único en Navolato para que no quedara ninguna duda de que retoma el control policiaco en la emblemática tierra de la estirpe del narco que Amado Carrilo Fuentes fundó en la década de los ochenta.
El 26 de mayo de 2012 Chuytoño había acompañado también a García Medrano cuando tomó posesión como jefe de la Policía de Mazatlán. “Conozco su desempeño ya que venimos trabajando conjuntamente desde hace tiempo”, dijo el jefe de la Ministerial.
Casi un año después, García Medrano —quien recibió el veto militar cuando el general Moisés García Melo, comandante de la Tercera Región Militar, amenazó con romper relaciones con el Gobierno de Sinaloa por el asesinato de dos de sus soldados, ocurrido el reciente 18 de marzo en Mazatlán— fue reivindicado por Chuytoño al ponerlo a cargo del Mando Único en Navolato.
Desde aquel hecho en que se rumoró que sería detenido por el Ejército en Mazatlán, dejó la Policía Municipal y desde entonces su paradero fue incierto. Al presentar su renuncia ante el entonces alcalde Alejandro Higuera, declaró: “Hoy es mi día libre, fíjate, tenía mucho que no descansaba”. En realidad Aguilar Íñiguez le había dado cobijo en la Ministerial y lo mantuvo en la corporación bajo total sigilo en tanto eran detenidos y procesados los agentes municipales que dispararon contra los soldados.
Después de la muerte de los militares, Aguilar Íñiguez operó para que a García Medrano se le dejara fuera de la investigación que, ante la presión del Ejército, encabezó el procurador Marco Antonio Higuera Gómez. En su hoja de servicios no quedó registrado ningún cargo por aquel suceso que requirió la intervención del gobernador Mario López Valdez para restablecer la coordinación con los mandos castrenses.
En razón de ello García Medrano presumió al tomar el mando policiaco en Navolato de una hoja de servicios limpia y de ser de mano dura en el combate a la delincuencia. Al estilo de su jefe Aguilar Íñiguez, hoy dice haber metido en cintura a la delincuencia en Badiraguato, donde dirigió la Policía Municipal de 2008 a 2010, y en Mazatlán, municipio que truncó y marco su carrera.
Y alega en defensa propia que la muerte de dos militares en Mazatlán “fue un pasado” y el Mando Único en Navolato “es mi presente profesional”.
No debe afectar lo ya logrado: Evelio Plata
El alcalde Evelio Plata Inzunza llama a cuidar lo logrado en Navolato esté quien esté al frente del Mando Único. “Las cosas deberán seguir igual como hasta ahora porque no iniciamos de cero: se han reducido en un ochenta por ciento los niveles de inseguridad. Estamos en la etapa más tranquila de los últimos 20 años”.
Considera que la llegada de Jesús Alejandro García Medrano al Mando Único en Navolato, y el relevo de Juan Diego Macías Castro quien había recibido reconocimientos por darle mayor paz al municipio, es un movimiento que obedece a la formalización de este esquema de coordinación en todo el estado.
“Creemos y esperamos que no afecte los resultados que aquí tenemos y reconocidos por el gobernador. Que los comandantes de la Novena Zona y Tercera Región Militar sigan poniendo ese gran interés por apoyarnos, eso es lo fundamental, eso es lo que tenemos que cuidar”, señala.
Resalta que no debe romperse la coordinación y la disciplina con que se ha manejado el tema de la seguridad pública en Navolato porque “la unidad cupular es la base de todo, no solo para mantener los indicadores actuales sino para mejorarlos”. Destaca que los asaltos bancarios se han abatido al cien por ciento y que gente reconoce que vive mucho más tranquila.
—¿No ves el riesgo de que se retroceda en lo logrado con la llegada de García Medrano al Mando Único —se le pregunta al alcalde.
—No. Yo lo que veo es un movimiento normal de disposiciones que nos rigen a nivel federal y estatal.
—¿Ves la posibilidad de que se retroceda a niveles de violencia que Navolato tenía antes?
—No lo vemos, tampoco queremos que suceda. A pesar de que no tenemos bandera blanca en materia de homicidios, porque se siguen cometiendo algunos, pero con sesgo distinto a delincuencia organizada, habremos de estar atentos e insistentes en que no regresemos a la situación ya superada.
—Perdiste como alcalde el control de la Policía —se le pregunta.
—No. Muchos alcaldes pensábamos que al tomar el control ellos de los cuerpos de seguridad uno perdía facultades, pero yo afirmo que no es así y que la tarea de darle paz a la población sigue siendo cuestión de las autoridades municipales. Tenemos las mismas facultades para dirigir y apoyarnos mutuamente.
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